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Crítica literaria: El año en que me enamore de todas

  • Marcelo Campos Roldán, profesor de Matemáticas

Título: El año en que me enamore de todas

Autor: Use Lahoz

ISBN: 9788467025439

Editorial: Espasa libros

El título de esta novela me llamó la atención porque me recordó mis tiempos de juventud e incluso  de cierto aire autobiográfico. El caso es que la novela nos cuenta las peripecias de  Sylvain Saurin un joven parisino de madre española a punto de cumplir los treinta años. Un día recibe una propuesta de trabajo de un periódico de los que se reparten gratuitamente.

Pese a que el trabajo   está mal pagado, decide aceptar la propuesta e irse a vivir a Madrid. Entre otras cosas porque allí está viviendo ahora Heike Krüger, su exnovia alemana. Una página de su vida que Sylvain se niega a pasar, un capítulo que no quiere dar por cerrado, por lo que su viaje a Madrid es un intento desesperado de reconquista.

Nada suele salir como nos lo proponemos y el hallazgo en la escalera de su casa con un manuscrito que contiene una bella historia de amor, va a cambiar su moda de plantearse la vida.

Respecto de esta novela, debo decir en primer lugar que el título de esta novela lo considero un error porque lleva a confusión al lector, pues da a entender que el libro tiene una temática diferente a la que realmente nos va a presentar. El título está tomado de una frase que aparece al final del libro y que dice El año que amé a todas las mujeres presentes en…
No es lo mismo. No se trata de las andanzas amorosas de un casi treintaañero, que parece que se pasa un año como las mariposas picando de flor en flor, de mujer en mujer. En realidad el protagonista está obsesionado con una única mujer que le dejó y que le ha marcado de tal modo, que está obsesionado con ella, incapaz por ello de ver más allá de su propia nariz.

Tras unas páginas iniciales de esas en que pensé que me iba a encontrar un libro cargado de frases bonitas, un poco en plan autoayuda, pasé a quedar totalmente desconcertado, pues parecía que el autor había reinventado el género chick-lit, un género claramente femenino, con mujeres como protagonistas, para hacer lo mismo pero con hombres.

Y tendríamos así un hombre, Sylvain Saury, un profesional del periodismo, aunque por eso de la crisis tenga que malvivir con una vida sin mucho futuro, a punto de cumplir los treinta años, pero con una mentalidad casi de adolescente. A punto estuve de dejar el libro, porque por más que la vida real esté lleno de ese tipo de personas con treinta años que viven al día como la cigarra, cual modernos Peter Pan en un mundo precario en el que continúan adelante a base de sexo y alcohol los fines de semana, viviendo al día porque el futuro les es negado, anclados en una perpetua adolescencia, no me apetecía nada ponerme en la piel de uno de esos protagonistas.

Afortunadamente la vida de y el discurrir del libro cambian radicalmente cuando encuentra el manuscrito de un futuro libro que como tal nos es poco a poco introducido en la novela. Esta si que es una historia interesante, diferente, original: el amor de un niño enamorado de su profesora que se fija como objetivo llegar a casarse con ella, un empeño en el que no cejará con el paso de los años.
Esta historia sirve al autor para mostrarnos dos concepciones totalmente distintas de la vida, en dos personas de la misma edad pero en la que uno parece un crío y el otro casi un viejo.

Que personajes más dispares Metodio y Sylvain. Metodio que hace honor a su nombre:
«Metodio es un nombre griego que significa el que sigue su camino siempre hacia adelante, con método, con perseverancia, con tenacidad, que no se doblega jamás. Y yo soy así. Yo nunca me rindo.» (Página 173)

Metodio y Sylvain tienen la misma edad. Pero mientras Sylvain tiene un trabajo precario, sin un euro de ahorros en el banco y un presente sentimental que es una ruina, Metodio tiene un próspero negocio propio, una buena casa y una familia en la que no falta una hija adoptada.

Al margen de una pequeña incursión en París, el escenario en el que transcurre la novela, con frecuentes paseos por otra parte de Sylvain es Madrid. Un Madrid por el que disfruta paseando, algo que no tiene muy difícil pues se instala en casa de unos amigos en la calle Rodríguez San Pedro, que para los que no conozcáis Madrid está en el barrio de Argüelles.

Un Madrid que pese a haber nacido en Barcelona, el autor parece haberse pateado a conciencia y del que en las páginas de esta novela destila una curiosa relación amor-odio.

Un relato que además supone un cambio total en el registro hasta el que hasta ese momento se desarrolla la historia. Un personaje distinto que cuenta su vida en primera persona, de un modo totalmente diferente a como hasta ahora venía hablando Sylvain.

Es de agradecer que una historia vaya de menos a más, porque la sensación que tienes al acabar el libro es otra, hace que valores la novela más alto. El principio no hubiera llegado al aprobado.

Mi puntuación final no es alta. No puede serlo, porque se acerca mucho al tipo de libros que no me gustan, pero probablemente si no partes con un listón alto y te gustan las novelas “románticas”, probablemente disfrutes mucho con este libro, que justo es reconocerlo, en ningún momento se hace pesado.

El año en que me enamoré de todas es Premio Primavera de Novela 2013, un premio que desde 1997 en colaboración con Ámbito Cultural, concede la Editorial Espasa.

 

 

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