Entre un cinco y un diez por ciento se dice que el debate a cuatro, va a decidir el voto de los españoles. Un debate en el que se espera de todo, ataques, contraataques, pinzas, alianzas, etc. Pero lo que no se esperan son propuestas, lo que no se espera es la verdad.
Un cúmulo de vagas promesas que intentarán convencer al convencido, que intentarán «hacer ganar» a un candidato sobre los demás, pero en el que todos dirán que han ganado.
Un debate de «mucho capitán y poco soldado», donde veremos presidentes, vicepresidentes, presentes, pasados y futuros, impartiendo, dando ordenes a uno y a otro.
Los españoles vamos a asistir al gran teatro del mundo y al gran teatro de lo absurdo, donde unos personajes, llamados candidatos, intentarán ser los más simpáticos y los mejores. Su puesto , su sillón depende de ellos.
Los españoles juzgaremos.