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OPINIÓN: ¿Ilusión o traición?

OPINIÓN: ¿Ilusión o traición?

Las elecciones han pasado, la ciudadanía ha dado su veredicto y nos sitúa ante un endiablado panorama.

Como previa dos consideraciones, la primera que a este país la corrupción le afecta pero poco a la hora de emitir su voto, la segunda que las encuestas no aciertan más allá de tendencias y esta vez ni eso, quizás por unos votantes volátiles que lo mismo pueden votar a un partido que a otro en apenas dos semanas de campaña.

¿Derrotados? ¿Vencedores? Si hubiera que decidirlo a la vista de las conexiones televisivas a las diferentes sedes de los partidos la respuesta a la primera pregunta sería ninguno. Salvo la plaza donde se situaban los seguidores de Podemos al principio que se movía al son de ritmos caribeños, pero que fue decayendo a medida de la realidad hacía que pusieran los pies en el suelo, en ninguna sede hubo entusiasmo propio de sentirse vencedores. Incluso algún perdedor con el PSOE hubo una especia de sentimiento de alivio al ver que se salvaban los muebles.

La respuesta a la segunda pregunta sería todos de alguna manera, especialmente a la vista de las declaraciones del día después. PP perdía menos de lo esperado, aunque el batacazo era histórico y especialmente reseñable de cara al futuro que prácticamente desaparecen en Catalunya y Euskadi, el PSOE satisfecho ante la que intuía se le venía encima, Podemos crecido pero menos y Ciudadanos con el “no se conforma quien no quiere”, incluso UP relajados porque no han desaparecido. Sentimientos agridulces en general.

Los grandes derrotados habría que buscarlos entre los grupos minoritarios, desaparición no por esperada menos traumática de UPyD, Bildu con un guantazo histórico y especialmente Artur Mas y Convergencia que dilapidan la mitad de su legado. Este señor ha dinamitado CiU, ahora Convergencia y si le permiten hasta la CUP que tendrá que meditar muy seriamente su posición en el futuro, porque su electorado ha desertado en masa hasta posiciones federalistas de la marca catalana de Podemos. La situación allí también resulta apasionante a partir del domingo.

Diabólico escenario donde se abren tres posibilidades de futuro:

1.- Gobierno en minoría del PP muy debilitado y con poco recorrido que nos abocaría a unas nuevas elecciones en breve. ¿Quién podría verse beneficiado de ese adelanto electoral? Probablemente el bipartidismo, el PP como víctima y el PSOE por su dureza no permitiendo al PP gobernar.

2.- Lo que desea Bruselas y la Troica, la “Gran Coalición” a la alemana, aunque la sociedad de allí no se parece en nada a la de allí y el SPD no tiene un partido a su izquierda que le pise los talones. Eso supondría un suicidio del PSOE y dejar su sitio vacío para el avance imparable de Podemos.

3.- Un “Gobierno de Progreso” liderado por Pedro Sánchez y el PSOE, con Podemos de socio y apoyo externo de quienes no desean seguir viendo a Rajoy ni en pintura: UP, ERC y PNV, incluso sin descartar el de Bildu.

Conviene tener en cuenta a la hora de analizar estas tres opciones de dónde venimos, de una durísima etapa de cuatro años de gobierno “rodillo” de Rajoy y su PP que ha dejado machacada a la base social de esa izquierda, a su clase en esa lucha de clases que aún subsiste, con recortes brutales, paro galopante, especialmente entre los más jóvenes, leyes mordazas, destrozo del Estado del Bienestar, de la sanidad, la educación y los servicios sociales públicos, Cuatro años de corrupción, de favorecer los intereses de los más poderosos en detrimento de los más desfavorecidos, esa parte de la sociedad que precisamente ha apoyado con esperanza las opciones de izquierdas.

El PSOE debería pensar que ha salvado los muebles precisamente porque en la campaña ha endurecido sus mensajes contra esa derecha de alguna manera criminal con los suyos. Que probablemente su dureza en el último debate cara a cara con Rajoy le haya permitido recuperar una parte de su electorado. Una base social que ha sufrido a sangre y fuego el castigo de la derecha y que no consentiría que se la traicionara.

Porque cualquier cosa que no fuera un gobierno de cambio dando los números como dan sería una canallada, una traición a su clase, a la clase obrera, a la clase media destrozada en estos años y eso jamás se lo perdonarían. Condenarles a cuatro años más de sufrimiento supondría una TRAICIÓN así con mayúsculas.

La opción de Gran Coalición es impensable, la de la de gobierno en minoría no se la puede permitir este país, por lo que no queda otra que hacer un titánico esfuerzo para conseguir un Gobierno de Progreso, poner grandes dosis de audacia, imaginación y sobre todo generosidad para conseguirlo.

Debería ser de coalición PSOE-Podemos con el apoyo externo del resto, buscando los puntos de síntesis que permitan por un lado evitar más sufrimiento a las capas populares y por otro dar satisfacción a las demandas de la periferia que no necesitaran de una reforma de la Constitución para la que aún no dan los números.

Resulta esperanzador que las condiciones que Podemos enumero la noche electoral ya conviven en el seno del PSOE a través de una potente corriente interna, Izquierda Socialista, que con su ideólogo Pérez Tapias al frente consiguió un 15 % en las primarias,  aunque también muchos de los que apoyaron a Madina las compartieran. Estado Federal Plurinacional, pacto entre las izquierdas transversales, postura contraria al artículo 135 de la Constitución, al TTIP, o defensa del derecho a decidir, están ya en un sector importante del socialismo, con lo que el camino a recorrer adquiera una mayor facilidad. .

Ese Gobierno de Progreso permitiría también paliar las tensiones centro-periferia, especialmente en Catalunya y evitarlas en Euskadi, culminar de manera rápida y eficaz el proceso de paz aún incompleto y facilitar el respeto a los derechos de los presos vascos. Incluso el hipotético referéndum en Catalunya sería asumible dirigido desde un gobierno del PSOE con Convergencia debilitada y una pregunta clara con campaña de las consecuencias. Podría ganar el no a la independencia por más del 60 % de los votos con lo que todos contentos

En estos momentos cruciales es cuando se muestran los grandes estadistas. Aquí, ahora, Sánchez, Iglesias, Garzón, Junqueras, Urkullu, e incluso Otegi pueden y deben dar la talla, sus gentes lo necesitan, este país (ponga cada cual ahí lo que desee) también. Audacia, imaginación, generosidad…..esperanza.

José Luis Úriz Iglesias, Afiliado al PSC viviendo en Navarra

OPINIÓN: El momento de la verdad

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1 Comentario

  1. Iñigo

    Pues la Sra. Susana está pidiendo se haga lo mismo que a ella le hicieron en Andalucía, y, que por cierto, bastante ha criticado. Dime de que te quejas y diré que careces. Lo que es cierto es que es una situación endiablada la del PSOE, peores resultados que nunca, a tan solo 1,35% de Podemos, si quitamos Andalucía, estaría mucho mas bajo, y en franca descomposición ideológica y militante (si sigue igual en las próximas elecciones habrán fallecido 1 Millón de potenciales votantes). O se piensa bien que se hace o PASOK.

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