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Científicos descubren un posible tratamiento para la cirrosis

Científicos descubren un posible tratamiento para la cirrosis

Los investigadores han descubiertola molécula a inhabilitar para evitar la generación de nuevos vasos sanguíneos anómalos asociados a la cirrosis

Se trata de una investigación liderada por el Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona.

La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha otorgado más de un millón de euros a los científicos investigadores.
Científicos liderados por el investigador del Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona, Raúl Méndez y Mercedes Fernández, del Idibaps de Barcelona, han descubierto un posible tratamiento para la cirrosis. Los dos científicos han descubierto la proteína CPEB4 como la molécula a inhabilitar para evitar la generación de nuevos vasos sanguíneos anómalos asociados a la cirrosis.  Los resultados del estudio se publican en el último número de Gastroenterology.

La cirrosis hepática es una lesión crónica del hígado caracterizada por la acumulación de cicatrices (nódulos fibrosos) en el tejido que interfieren en la estructura y el funcionamiento normal del órgano. Las principales causas de las lesiones hepáticas crónicas son el alcoholismo, la hepatitis C y, en número creciente, la obesidad. El cúmulo de cicatrices complica la circulación de la sangre a través del hígado, generando hipertensión portal (de la vena porta), por lo que, para liberar presión en la vena, se generan vasos sanguíneos colaterales, fuera del hígado.

El  doctor Fernández ha explicado que entonces el problema es doble, primero porque todavía llega menos sangre al hígado, lo que genera más daño hepático y además los vasos son de mala calidad (angiogénesis patológica). «Las células hepáticas intentan reparar las lesiones pero el modo en que lo hacen acaba siendo fatal para el órgano. Es un círculo que se va amplificando y que acaba siendo muy crítico para la vida de los pacientes. Además, los vasos colaterales forman varices en el esófago y estómago de los pacientes con cirrosis; estas varices son muy frágiles y son propensas a romperse causando hemorragias intensas y muy difíciles de parar», ha explicado la investigadora. «Por ello, una terapia dirigida a revertir los vasos patológicos, que no existe hoy por hoy, sería eficiente», ha puntualizado.

Un estudio anterior del Hospital del Mar

A raíz de un estudio anterior publicado en Nature Medicine, Méndez ya había descubierto junto a investigadores del Hospital del Mar de Barcelona que las CPEB intervienen en la generación de vasos sanguíneos en cáncer de páncreas y cerebro. Dada la urgencia de encontrar nuevas dianas para la angiogénesis patológica, Méndez y Fernández iniciaron una colaboración para estudiar el papel de CPEB4 en angiogénesis patológica en el contexto de la cirrosis, donde la neovascularización es muy abundante.

“Lo más bonito del trabajo es que demostramos que interfiriendo en las proteínas CPEB4 eliminamos únicamente la formación de vasos patológicos, mientras que la vascularización positiva se mantiene intacta”, señala Méndez. Los experimentos en células en vitro, en modelos animales y en muestras procedentes de pacientes con cirrosis han revelado los mecanismos moleculares por los que el aumento de la CPEB4 favorece la sobreexpresión de VEGF en cirrosis.

El círculo reparador en el que entra el hígado empeora tanto la situación que provoca que los nódulos de regeneración, con altos niveles de CPEB4, acaben formando hepatocarcinomas, sostienen los investigadores. (Foto: IRBBarcelona/IDIBAPS)
El círculo reparador en el que entra el hígado empeora tanto la situación que provoca que los nódulos de regeneración, con altos niveles de CPEB4, acaben formando hepatocarcinomas, sostienen los investigadores. (Foto: IRBBarcelona/IDIBAPS)

En este contexto, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha otorgado más de un millón de euros al tándem Méndez-Fernández, quienes junto con Jordi Bruix del IDIBAPS-Hospital Clínic, trabajarán de forma coordinada para desentrañar el papel de esta molécula y proponer un tratamiento para los hepatocarcinomas, el principal cáncer de hígado y la tercera causa de muerte por cáncer en todo el mundo, con una tasa de supervivencia a los 5 años inferior al 10%.

En paralelo, el laboratorio de Méndez en el IRB Barcelona tiene en marcha un proyecto de investigación de inhibidores de CPEB4. El año pasado consiguieron revelar las estructuras atómicas de estas proteínas, paso previo al diseño computacional de inhibidores, que están desarrollando en colaboración con Modesto Orozco en el mismo centro. Además, y con el apoyo de la Fundación Botín, Méndez tiene a punto un método de testeo de inhibidores de CPEB4 para acelerar la detección de las moléculas terapéuticas con mayor potencial. (Fuente: IRB Barcelona)

 

 

 

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