
El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha advertido hoy al Parlament de Cataluña de que incumplir el fallo del Tribunal Constitucional (TC) que anula la resolución independentista de la Cámara catalana supone «estar en contra de la realidad de los tiempos actuales, de las sociedades democráticas y del Estado de derecho».
En declaraciones a los medios tras asistir a la reunión del Comité Técnico Estatal de la Administración Judicial y Electrónica en la que han participado todos los consejeros de Justicia de las comunidades autónomas, Catalá ha mostrado su satisfacción por la resolución del Constitucional que confía que el Parlament «cumpla en sus propios términos».
«No se me ocurre otro escenario posible en un Estado de Derecho, en una Europa democrática y en una España del siglo XXI», ha dicho Catalá. «Cualquier otro escenario es estar en contra de la realidad de los tiempos actuales, de las sociedades democráticas y del Estado de derecho», ha precisado.
En caso de incumplimiento, el ministro ha recordado que existen mecanismos para garantizar la ejecución del fallo del Constitucional previstos en la propia ley del TC y en la reforma que promovió el PP sobre esta norma. «Confiamos en que se acaten como se acatan cada día las sentencias», ha aseverado.
Preguntado por la investigación de la Audiencia Nacional a cinco ayuntamientos catalanes a partir de una denuncia de la Fiscalía por aprobar mociones independentistas, ha destacado que las competencias de los entes locales derivan de la Constitución.
«Los ayuntamientos existen porque los reconoce nuestro marco constitucional y nadie tiene un poder procedente de otro sitio distinto que desde la soberanía popular», ha explicado. «Nadie está al margen del cumplimiento de las obligaciones», ha añadido.
Al respecto, ha dicho, que si la Fiscalía General del Estado recibe denuncias sobre un incumplimiento de la Ley, lo que hace es investigarlas. «A todos los ciudadanos nos debe dejar satisfechos que las instituciones funcionen en España y que se cumplan las leyes», ha agregado.
No está nada mal eso,de no cumplir las normas o leyes que ni te gustan o no te convienen. En base a mi libertad yo tampoco quiero respetar las limitaciones de velocidad, pagar impuestos ni obedecer las indicaciones de los agentes de la autoridad. ¿Y voy a ser menos yo que un ciudadano que viva en Cataluña? ¿Dónde se queda mi «derecho a decidir» lo que me dé la gana?