La petición de la consejera de interior del Gobierno de Navarra para la plena asunción de las competencias de tráfico de la Policía Foral es otra medida tendente a la consecución de otro de los objetivos programáticos de Bildu, que no es otro que la salida de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado de su anhelada Euskalherria de la que Navarra formaría parte.
Los argumentos relativos a un mayor control del gasto, evitarse duplicidades y una mayor organización, puesto que ahora se habla de descoordinación entre cuerpos de seguridad, chocan con unas realidades apabullantes.
La Guardia Civil, cuerpo y fuerza de seguridad del Estado, contra la que van dirigidas estas actuaciones, no sólo lleva a cabo la gestión de una parte del tráfico -la otra corresponde a la Policia Foral-, sino que lleva a cabo, otras funciones, como son la gestión de la frontera entre España y Francia, la gestión del medio rural y, sobre todo, la lucha contra el terrorismo. ¿Quién desempeñaría entonces estas funciones?
En cuanto a la descoordinación en los cuerpos de seguridad, como dice la consejera , basta ver las actuaciones de unos y otros, para comprobar que se está ante un argumento tan manido, que cae por su propio peso.
El Gobierno debería aplicar políticas para Navarra.