El llamado «día de la Ira» por parte palestina, refiriéndose a las protestas violentas llevadas a cabo en Jerusalén, contra el Estado de Israel, como ya anunciábamos en un editorial anterior, es un paso más para desestabilizar ya definitivamente esta área del mundo.
Todos saben que Israel en cuanto siente su seguridad amenazada, primero se defiende y luego pregunta y ello podría provocar un conflicto de gran envergadura. Los grandes beneficiados pueden ser los chiíes iraníes que, en su lucha contra los sunitas de Estado Islámico, están expandiendo su influencia hasta las fronteras del mediterráneo y, ahora que vuelven a ser cuasi aliados de EEUU, pueden incluso someter a los israelíes.
El otro gran beneficiado puede ser Rusia y su títere, el sirio Al-asad. Rusia necesita «mercados» de todo tipo ante la bajada de los precios de su petróleo y ve cómo su influencia en los países que estuvieron en la URSS, es cada vez menor.
La situación es, cada día que pasa, peor. La ONU debería dejar de ser un organismo vacío, hueco, y ser capaz de tomar las decisiones para los que se creó en 1949. El futuro del mundo esta en juego.