El sueño de alcanzar el corazón de Europa comienza a ser una realidad para muchos refugiados. Al menos ya son 4.000 los que han cruzado la frontera entre Hungría y Austria desde primera hora de la mañana y la policía de Viena calcula que ese número alcance hoy los 10.000 tras la medida excepcional decretada por el país centroeuropeo y Alemania para permitir su paso.
Hungría ha comenzado a trasladar en la madrugada de este sábado a los cientos de refugiados que se encuentran en la estación de trenes Keleti de Budapest y a los que marchan por la autopista M1 hasta la frontera con Austria, para que puedan llegar a la localidad fronteriza de Hegyeshalom.
Según ha informado la televisión austriaca ORF los siete primeros autobuses han llegado a la frontera austro-húngara escoltados por la policía húngara. Allí se pararon pocos metros antes de la frontera y decenas de refugiados se bajaron para recibir agua y otros alimentos de la Cruz Roja.
Los refugiados serán enviados desde el lado húngaro de la frontera hacia la estación de tren de Nikelsdorf, en Austria, o a un cercano pabellón de música, «Nova Rock Halle», donde se instaló hace unos meses un centro de acogida para refugiados.
Sonrientes y despidiéndose de los voluntarios húngaros que les han suministrado agua y comida en los últimos días, miles de migrantes han abandonado la estación Keleti, la principal de Budapest. Para la 06.00 estaba previsto la salida de un primer tren hacia Viena, desde donde la mayoría de los refugiados quiere seguir rumbo a Alemania, aunque la policía daba por hecho que iba a haber retrasos.
La policía austríaca estima que unos 10.000 refugiados de Oriente Medio llegarán en las próximas horas a Austria procedentes de Hungría.
Excluidos los recluidos en campos de refugiados
Horas antes, el ministro húngaro de Gobernación, János Lázár, anunció la medida. «Pedimos a los inmigrantes que acepten nuestra propuesta», dijo Lázár, que en ese momento desconocía qué trato daría Viena a los refugiados que se dirigen hacia la frontera austro-húngara.
Con esta medida el Gobierno hungaro trata de aliviar las tensiones tras un día de disturbios que se ha saldado con la muerte de un migrante que ha caído desmayado en las vías de la estación de Bicske mientras se negaba a ser llevado al centro de registro.
Sin embargo, la oferta se limita a los refugiados que se encuentran en las estaciónes de trenes, a los que marchan por la autopista M1 y a las más de 300 personas que caminan por las vías del tren tras bajarse de los vagones del tren varado en Bickse desde este jueves, quedan excluídos los recluidos en los distintos campos de refugiados repartidos por distintos puntos del país.
Austria y Alemania acogerán a los refugiados
Al principio, los caminantes se mostraron desconfiados, quizá por el engaño que sufrieron los refugiados que el jueves se subieron a un tren con destino supuestamente a la frontera con Austria, pero que luego fue detenido en la localidad de Bicske con el fin de llevar a los pasajeros a un campamento de acogida de la misma localidad.
Después de que los chóferes lograron convencerles de que los autobuses realmente irán a la ciudad fronteriza de Hegyeshalom, algunos decidieron subir, y fueron luego seguidos por los demás.
El canciller federal de Austria, Werner Faymann, ha dicho que no dejarán abandonados a los refugiados que en camino hacia su frontera, y que tanto su Gobierno como Alemania permitirán la entrada y paso de los refugiados como una medida excepcional, según ha informado la agencia austríaca APA.
Un éxodo a pie de cientos de personas
La Cruz Roja austriaca espera la llegada de entre 800 y 1.500 refugiados en el centro de Nickelsdorf, en la frontera con Hungría. Según la policía, se esperan entre 50 y 60 autobuses más para las próximas horas, con los que podrían llegar entre 800 y 3.000 refugiados, varados desde el lunes en diferentes puntos del país vecino.
El portavoz de la institución en el país, Thomas Horvath, ha precisado que están recibiendo «camas, abrigos, alimentos y bebidas calientes» para cuando lleguen y que administrarán » asistencia médica en caso de necesidad «.
En esta jornada una larga columna de unas 1.200 personas salió andando de Budapest en dirección a la frontera de Austria, situada a más de 200 kilómetros de distancia.
La marcha se ha convertido en todo un éxodo de refugiados, sobre todo de hombres jóvenes, pero también de algunas familias, con madres e hijos, y en las últimas horas iba por la autopista húngara M1.
El representante del gobierno húngaro ha vuelto a responsabilizar a Alemania del caos que se formó en la estación y, en concreto, ha señalado que los supuestos mensajes de Berlín de que daría asilo a todos los sirios creó una esperanza en muchos refugiados.
«Queremos cooperar», ha afirmado el ministro, quien ha solicitado la cooperación de Austria y Alemania, dado que la gran mayoría de los refugiados que entran en Hungría quieren seguir hacia esos países. Se espera que el canciller federal austríaco, Werner Faymann, y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, traten el tema por teléfono este sábado.
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea tratarán, entre otros temas, el asunto este sábado en Luxemburgo. Una reunión a la que llegan divididos, países como España e Italia pidieron abiertamente una política europea de asilo común. Bélgica también se ha mostrado favorable a «un reparto de los esfuerzos en Europa» . Del otro lado, Hungría, República Checa, Eslovaquia y Polonia se oponen a la política de cuotas.
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