
En concreto, el organismo intentará colocar entre 2.500 y 3.500 millones mañana martes en letras a 3 y 9 meses, un papel que no emite desde el pasado 21 de abril, cuando colocó 2.566,94 millones y bajó los intereses en ambas referencias a mínimos, llegando a ofrecer tipos negativos por las letras a 3 meses.
El jueves volverá a los mercados con una emisión de bonos con la que espera captar entre 4.500 y 5.500 millones. En concreto, venderá bonos con cupón del 0,25% y vencimiento a 30 de abril de 2018, bonos con cupón del 1,40% y vencimiento a 31 de enero de 2020 y obligaciones con cupón del 1,95% y vida hasta el 30 de julio de 2030.
El pasado martes, el organismo colocó 5.196,92 millones en letras y volvió a ofrecer a los inversores una rentabilidad media negativa por el papel a 6 meses.
Estas rentabilidades negativas no afectan al pequeño inversor, dado que en agosto del pasado año el Tesoro introdujo modificaciones normativas ante la posibilidad de que los valores a más corto plazo llegaran a tipos de interés por debajo de cero en subasta.
De esta forma, las peticiones de letras del Tesoro que se realicen en modalidad de suscripción no competitiva (el comprador dice la cantidad que quiere adquirir pero no la rentabilidad mínima que espera) se declaran automáticamente como no presentadas si el tipo medio (que es el que sirve como referencia para estas adjudicaciones) es negativo.
Desde comienzo de año el Tesoro ha captado 63.200 millones, el 44,5% de la previsión de emisión a medio y largo plazo para todo el año. El coste medio de la deuda del Estado a la emisión se situó en el 0,93% a cierre de abril de 2015, frente al 1,52% de diciembre de 2014.