Desgraciadamente lo ya expuesto por mi parte en febrero, se ha cumplido y no es otro dilema que nacionalismo si o nacionalismo no. Los problemas de índole política, social, laboral e incluso de crisis institucional, han puesto Navarra a pies del nacionalismo.
No es posible que los partidos de corte constitucionalista Navarro y Español, seamos capaces de dejar el devenir de los navarros en manos de quien no defiende a Navarra, por el mero hecho de dejar que nos encumbre más lo que nos separa de lo que nos une. ¿Pero qué pasa, es que nos olvidamos de lo que queremos?, ¿somos capaces de abandonar a Navarra por nuestros intereses?, ¿no somos lo suficientemente maduros para defender nuestros fueros, nuestra identidad y el amor por lo nuestro?, ¿tan abandonados de lo nuestro nos hemos vuelto?
Hoy hay un resultado electoral justo, los partidos nacionalistas y de izquierda abertzale han avanzado porque han hecho sus deberes, ellos se han refugiado en su discurso aciago para Navarra y nosotros no hemos hecho nada, simplemente seguir peleando por un puñado de votos.
Hay que reconocer que de momento Navarra sigue siendo fiel a su juramento por la unión con España gracias a los votos emitidos, pero mi pregunta es ¿Qué puede pasar si los que defendemos la Navarra Constitucional y Española nos seguimos dividiendo y seguimos perdidos en peleas estériles mientras el nacionalismo y la izquierda abertzale siguen uniendo fuerzas?, ¿siendo mayoría acabaremos constituidos en muchas minorías?
Creo que Navarra debe de seguir siendo Navarra, unámonos todos los que creemos que somos el viejo reino, defendamos la desaparición de la transitoria 4ª, defendamos nuestras tradiciones, defendamos nuestros fueros, defendamos la unión de los antiguos reinos que dieron lugar a España y queremos vivir en paz. Todo ello lo hagamos con nuestra propia idea e identidad, unámonos para la defensa de una Navarra plural pero siempre leal, seamos NAVARROS. Así ganaremos y de otra forma perderemos. Las próximas elecciones el año que viene, esperemos haber aprendido la lección.
Javier Echarri
