La última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha confirmado el meteórico ascenso de Podemos y el importante declive de PP y PSOE como partidos de referencia para la sociedad española. Podemos se convierte en el primer partido en intención de voto directa con el 17,6% de los apoyos, aunque en estimación de voto seguiría siendo la tercera fuerza (17,6%) por detrás del PP, que ganaría las elecciones generales si se celebraran hoy con el 27,5% de los votos seguido del PSOE con un 23,9%.
Podemos es, según el sondeo, el partido que más respaldo cosecha en intención de voto directa (17,6%), es decir, en el resultado de las entrevistas, sin las proyecciones que después realizan los especialistas del CIS a partir de los datos.
Adelanta a PSOE (14,3%) y a PP (11,7%), con la novedad de que los populares se sitúan como tercera fuerza política en intención de voto directo. Una vez realizado el trabajo de campo, (la llamada ‘cocina’), la foto fija que refleja la encuesta es que, si las elecciones generales fueran en este momento, el PP obtendría un 27,5%, el PSOE, 23,9% y Podemos, un 22,5%.
El resultado formal de la encuesta apunta a una caída del PP, que sólo hace tres meses, en agosto pasado, lograba, según el CIS, un apoyo del 30% y a una subida del PSOE (21,2%) y, sobre todo, de Podemos (15,3%), que escala 7 puntos en sólo 90 días.
La rebaja de las perspectivas electorales del PP es previa a la concatenación de casos de corrupción que han afectado a miembros del PP ya que la encuesta (2.500 entrevistas telefónicas) se realizó entre el 1 y el 13 de octubre.
En ese momento estaba de plena actualidad el escándalo de las tarjetas ‘black’ de la Caja Madrid pero aún no se había imputado al ex secretario general del PP, Ángel Acebes, por la compra de acciones de Libertad Digital con dinero procedente de la caja B del PP, según el auto del juez Ruz, ni se había detenido a Francisco Granados, ex secretario general del PP de Madrid y ex consejero, en la llamada Operación Púnica, de cobro de comisiones a cambio de adjudicaciones públicas.
El trabajo de campo de la encuesta del CIS se ha realizado en pleno escándalo por las tarjetas opacas de Caja Madrid y Bankia y en los primeros días de la crisis del ébola, tras confirmarse el contagio de una auxiliar de enfermería que atendió a los dos misioneros repatriados a España.
En el anterior barómetro con intención de voto, el del mes de julio, Podemos fue ya la segunda fuerza en intención de voto directo (11,9%) -por encima del PSOE (10,6%) y solo superado por el PP (12,8%)- y la tercera en estimación de voto con el 15,3% de los apoyos. En aquel momento si se hubieran celebrado elecciones generales hubiera ganado el Partido Popular con el 30% de los sufragios y los socialistas hubieran sido la segunda opción con el 21,2% de los votos.
El partido de Pablo Iglesias, que nació hace apenas ocho meses, fue la sorpresa de las elecciones europeas de mayo cuando se convirtió en la cuarta fuerza más votada en España con 1,2 millones de votos (7,97%) y cinco europarlamentarios.
Diferencia entre voto directo y la estimación
Según explica el CIS en su metodología sobre indicadores electorales, la intención de voto es el porcentaje que obtiene cada partido cuando se pregunta al encuestado a qué partido votaría si se celebrasen elecciones generales mañana.
Como el porcentaje de personas que contesta «no sabe» y «no contesta», para «predecir mejor los resultados electorales», señala el CIS, se aplica a la intención de voto un «modelo de corrección» basado en otras variables como la experiencia pasada, informaciones de tipo cualitativo… Es lo que se conoce vulgarmente como la «cocina» de la encuesta.
El propio Centro de Investigaciones Sociológicas explica en su metodología que «su método de cálculo nunca se ha hecho público y ha cambiado en los distintos equipos de dirección del CIS».
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