Desde primeros de año la inflación, también, ha afectado a los titulares sobre las pensiones. Están siendo numerosos y variados.
Unos nos informan de la revalorización o subida de las mismas. Tanto sean contributivas como no contributivas. 2023 es año electoral y todo vale para atraer al votante.
Otros nos cuentan el penúltimo capítulo de la reforma de las pensiones del ministro Escrivá. Esta reforma no sabemos si es una de esas enciclopedias por fascículos coleccionables o se trata de una novela francesa, al estilo decimonónico, por entregas semanales, aunque sin la calidad de un Dumas o Balzac.
En esta última, nos da un nuevo giro a la trama con un nuevo impuesto, el MEI (Mecanismo de Equidad Intergeneracional) que sube la cotización de las empresas en un 0.5% y su vez recorta el salario neto de los trabajadores en un 0,1%. mensual.
El nombre se las trae. Ya que en realidad, el sistema de las pensiones contributivas es un fondo intergeneracional, en donde con las cotizaciones (aportaciones) actuales de los trabajadores y las empresas se pagan las pensiones a los actuales pensionistas. Y los actuales trabajadores cobraran su pensión de lo que los futuros trabajadores y empresas coticen en ese momento.
En realidad, la pensión es un sueldo aplazado en el tiempo y que parte de un impuesto, por ello gravar la pensión con un IRPF es volver a cobrar impuesto sobre algo que ya ha tributado. Lo justo, sería gravar sobre la diferencia de la cotizado en su momento y lo recibido cuando se jubila uno. Puestos a hacer las cosas bien.
En el sistema está la solución para el problema de las pensiones. Y es que los sueldos, en concreto de los nuevos trabajadores, no han subido ni como el coste de la vida, ni como el sueldo de los trabajadores jubilables. Hoy en día un joven que entra al mercado laboral en un puesto gana lo mismo que cuando hace treinta años, los de mi generación nos incorporábamos al mercado en un puesto similar. Sin embargo, en este tiempo la vida algo ha subido. A su vez, los sueldos en general en los últimos años, y en especial en el sector privado, tampoco han subido como lo han hecho las revalorizaciones de las pensiones.
Otros titulares nos informan de las protestas por una pensión digna. Sin embargo, aquí entramos en un dilema que es una pensión digna, y cuál sería la diferencia con una pensión justa. Parece obvio, que una pensión digna es la que permita vivir con unos mínimos. Además, si le añadimos el adjetivo “justa”. Es cuando empieza el problema. Lo justo es que uno reciba según lo cotizado.
Por ello, es necesario separar en el debate y para la solución del problema de las pensiones, las contributivas de las no contributivas.
Las no contributivas, para empezar, no debieran llamarse pensiones. Se debieran financiar vía otros impuestos que no sean de las cotizaciones de las empresa y trabajadores activos. Y nunca puedan igualar a las contributivas, porque si no para qué trabajar. Si al final sales igual. Y por qué cotizar más. Hay que tener cuidado con esto. Pues así se favorecen los sobre sueldos en dinero negro y se derriba el fundamento del estado del bienestar.
También hay titulares sobre la pensión de los autónomos. No se cuánto cotiza un autónomo, aunque sí sé que un trabajador por cuenta ajena cotiza entre él y la empresa casi un 40% de su sueldo neto. Durante 38 años y medio para poder tener el 100% de su pensión y 25 años para poder cobrar la mínima contributiva.
Además, ahora Escrivá quiere plantear una jubilación anticipada para los médicos, y hoy en día hay funcionarios que se pueden jubilar con el 100% de la pensión, con 60 años de edad y 32 cotizados. Luego nos preguntamos porque nuestros jóvenes más preparados se van y porque los que se quedan quieren ser funcionarios.
Es una paradoja que quienes sustentan el Estado, los trabajadores por cuenta ajena y autónomos se tienen que jubilar más tarde que los funcionarios y cotizando más tiempo. Cuando todos somos trabajadores y supuestamente iguales ante la ley.
Seguiremos esperando al siguiente capítulo. Muy probablemente, será otra patada hacia adelante, sin resolver el problema global de las pensiones y generando más desigualdades e injusticias entre los cotizantes.
Jesús Bodegas Frías, Ldo. Ciencias Biológicas