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Condenado a dos años y medio de cárcel por allanar dos viviendas y lesionar a cuatro agentes y a una mujer cuando trataba de huir de la Policía en Sevilla
El acusado iba a ser enjuiciado por un jurado popular, pero la vista oral no se celebrará finalmente tras el acuerdo de conformidad alcanzado entre las partes
La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a dos años y medio de cárcel a un hombre acusado de allanar dos viviendas en la capital hispalense y lesionar a cuatro agentes de la Policía Nacional y a la moradora de uno de los pisos allanados, en unos hechos que tuvieron lugar el día 2 de agosto de 2019, cuando el investigado trataba de huir tras darle los agentes el alto policial.
El acusado iba a ser enjuiciado por un jurado popular, pero la vista oral no se celebrará finalmente tras el acuerdo de conformidad alcanzado entre las acusaciones, la defensa y el propio investigado, que ha sido condenado, en primer lugar, a un año de prisión por un delito de atentado con la atenuante analógica de alteración psíquica y la agravante de reincidencia, ya que, con anterioridad, había sido condenado por sentencia firme en dos ocasiones por delitos de lesiones y atentado.
Asimismo, la Audiencia impone el acusado un año de cárcel y el pago de una multa de 540 euros por un delito de allanamiento de morada; seis meses de prisión por el segundo de los delitos de allanamiento de morada, y el pago de una multa de 90 euros por cada uno de los cinco delitos leves de lesiones que se le atribuyen, concurriendo en todos estos delitos la atenuante analógica de alteración psíquica.
De igual modo, el acusado, que estuvo en prisión provisional por estos hechos desde el 2 de agosto de 2019 hasta el 18 de julio de 2020, deberá indemnizar con cantidades que oscilan entre los 90 y los 180,75 euros a los cuatro policías nacionales lesionados y con 90 euros a la moradora de la vivienda que también resultó lesionada.
Así, y por conformidad de las partes, la Audiencia Provincial declara probado en la sentencia, fechada el día 17 de enero, que los hechos tuvieron lugar sobre las 12,00 horas del día 2 de agosto de 2019, cuando el acusado “adoptó una actitud esquiva al observar la presencia” de una patrulla de la Policía Nacional de servicio que le dio el alto policial.
“Desatendiendo dicha orden”, el condenado “emprendió una huida” en el curso de la cual “se introdujo en diversos inmuebles, escalando fachadas de edificios e introduciéndose en distintos patios, pasando así de uno a otro bloque de edificios y continuando la huida por la calle”.
Durante la persecución, el acusado “acometió” a un agente de la Policía Nacional al que lanzó un puñetazo en la cara que éste consiguió esquivar, prosiguiendo el encausado la fuga por distintas calles hasta que accedió a la azotea de un edificio, donde arremetió contra un segundo policía, al que ocasionó lesiones y la fractura de la pantalla de su teléfono móvil -el valor de los desperfectos ha sido pericialmente tasado en 90,75 euros-.
Agredió con una navaja a la moradora de una vivienda
Seguidamente, el acusado se descolgó desde la azotea del anterior inmueble por la fachada interior del edificio hasta una ventana, accediendo finalmente a la escalera interior y llamando a la puerta de una de las viviendas, donde le abrió su moradora. Tras ello, el condenado “se introdujo por la fuerza” en dicho domicilio, le quitó las llaves del mismo a la mujer y cerró la puerta tras de sí, “agrediendo a la citada moradora mediante empujones y golpes, así como llegando a clavarle en dos ocasiones en el brazo derecho una navaja que portaba”. Esta mujer sufrió lesiones consistentes en heridas leves en los antebrazos y una contusión, que sólo precisaron de una asistencia facultativa, tardando en curar tres días.
La sentencia relata que, al salir de su habitación el hijo de la mujer agredida y tras conseguir abrir la puerta de entrada con sus propias llaves para facilitar el acceso a la Policía, el investigado huyó por la ventana del piso y se desplazó por la fachada exterior del inmueble hasta la ventana de otro piso del mismo bloque, introduciéndose a través de la misma en este domicilio, donde se hallaban los miembros de la familia moradora del mismo, quienes facilitaron la entrada de la Policía.
Una vez dentro, los agentes procedieron a la detención del acusado, que se hallaba escondido en la bañera de uno de los baños de la vivienda y que “reaccionó agresivamente” hacia los policías, “arremetiendo frente a los mismos mediante patadas y puñetazos” y causando así lesiones a tres de ellos.
Finalmente, los agentes intervinieron la navaja utilizada por el investigado, quien, en dependencias policiales, “prosiguió con su actitud agresiva, intimidando” a dos policías que le custodiaban con expresiones tales como “cuando salga te voy a matar a ti y a tu familia”, “te conozco y sé donde vives”, o “tengo gente fuera y aunque yo esté en el trullo van a ir a por ti”.
Al tiempo de los hechos, el acusado presentaba un trastorno por consumo de cannabis y cocaína de larga evolución y un trastorno de la personalidad de tipo mixto, teniendo por ello alteradas de forma leve-moderada sus facultades intelectivas o de comprensión de los hechos y de forma grave-moderada sus capacidades volitivas o de reacción ante los mismos, sin que como consecuencia de dichos trastornos tenga mermadas de manera permanente sus facultades cognitivas y volitivas.