El nuevo año no comienza bien en Navarra.
Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado ven en un horizonte no muy lejano que su presencia en esta tierra corre peligro.
El Gobierno socialista/nacionalista de María Chivite quiere que, con la excusa de unas mal llamadas transferencias, la gestión del Tráfico deje de ser tarea de la Guardia Civil y pase a la Policía Foral. Con dicha excusa se pretende expulsar a la Guardia Civil de Navarra.
¿Por qué? Porque así lo quiere el nacionalismo vasco. Con ello culmina su venganza. Expulsar a quien ha luchado contra el terrorismo, contra viento y marea. Un terrorismo, el de ETA, que ha proporcionado enormes beneficios electorales y sociales al nacionalismo vasco, pero que ha visto cómo le paraban sus acciones los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, en especial la Guardia Civil.
Además, ésta era una reivindicación de Bildu y compañía, con lo que mejor que mejor.
La actitud del Gobierno navarro, penosa; permitiendo que un partido, el PNV, con escasa representación en Navarra, se arrogue unas funciones que no le corresponden. Sea ese partido nacionalista, no navarro y de fuera de Navarra quien decida sobre la Comunidad Foral.
Vergonzante.