El escritor francés Christian Salmon cree que la política ha entrado en «una espiral de descrédito» y que los países occidentales están pasando de un modelo democrático a otro «muy difícil de definir», en el que el debate se ha desplazado de los parlamentos a las redes sociales.
Salmon ha viajado a San Sebastián para participar un seminario en el que ha hablado de los GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft) como «máquinas de contar y sincronizar emociones». Este mismo mes la editorial Península ha publicado su último libro «La era del enfrentamiento», que lleva como subtítulo «Del ‘storytelling’ a la ausencia de relato».
Este ensayista, miembro del Centro de Investigaciones sobre las Artes y el Lenguaje (CNRS) y fundador del Parlamento Internacional de Escritores, del que formó parte entre 1993 y 2005, analiza en su nuevo estudio cómo ha sido posible que «contadores de historias» como Barack Obama hayan sido sustituidos por personas como Donald Trump que carecen de discurso político.
La victoria del actual presidente de Estados Unidos y la de políticos de la ultraderecha en Europa y países como Brasil era impensable hace diez años, cuando publicó «Storytelling: La máquina de fabricar historias y formatear las mentes».
Que en tan solo una década se haya producido un giro de este tipo se explica, según señala el autor francés en una entrevista con EFE, en el surgimiento de las redes sociales y en la crisis económica de 2008, una de cuyas consecuencias fue el «colapso» de los relatos, hasta ese momento empleados como una herramienta de manipulación masiva.
La retórica dejó de servir porque se había «abusado» de ella y los políticos comenzaron a perder credibilidad, mantiene Salmon, que opina que con Obama se vivió «el cénit del ‘storytelling'».
«Obama quizá fue el último en resistirse a esa espiral de descrédito. Su elección se produjo poco después de la crisis de 2008 y tuvo un peso enorme en sus primeros años de mandato. Asistimos al espectáculo de su impotencia. Vimos cómo un relato tan grande como el suyo se concretaba en bien poco porque realmente no se podían cambiar las cosas», indica.
Señala que en 2016 nadie esperaba el triunfo de Trump. Él siguió su campaña para «Le Monde» y constató que sus «instrumentos de análisis ya no funcionaban».
Se había producido un cambio porque el «storytelling» había llegado al «agotamiento», en un momento en el que las redes sociales estaban demostrando que «las historias se autodestruyen o se destruyen unas a otras en minutos y segundos».
«Ese es el terreno en el que el ‘trumpismo’ digital se ha instalado. Ya no esperamos una historia, todo va demasiado deprisa ¿Qué es entonces lo que permite captar la atención hoy en día? Pues la transgresión, el ‘shock'», afirma el escritor.
Dice que el problema ahora no es plantearse si algo es cierto o falso. «La cuestión es si eso va a captar o no la atención. Y eso Trump lo ha entendido muy bien», añade.
«No construyó ningún tipo de relato en su campaña. Apostó como un especulador, a la baja en la Bolsa, cuando existía una inflación de relatos. No se dirige a un público al que quiera seducir, sino a una tercera parte de la ciudadanía que ya no cree en nada. Nutre a ese hombre blanco racista, machista, alcohólico, que está en paro, que tiene armas en casa. A ese banco de pesca es al que se dirige», recalca.
Opina que a Trump se le eligió porque era «comunicador de un descrédito», porque él mismo decía que los políticos «ya no eran creíbles porque habían robado, habían arruinado América».
Salmon considera que en España Vox ha surgido también como una fuerza «muy coherente» que se mueve de manera muy similar a Trump, aunque piensa que la «mutación» del mapa político español está aún en «evolución», a diferencia de su país, donde se han consolidado los «tres tercios» en los que cree que «el juego se va a estructurar en todas partes».
«En Francia ya los tenemos. Por un lado está el Frente Nacional, por otro los macronistas y el otro es algo muy dividido, muy disperso, de todo lo que se supone que está a la izquierda de Macron», precisa.
El escritor galo es «muy pesimista» sobre el devenir de las democracias occidentales porque el debate político se está desplazando hacia las redes sociales y ya no funciona «el principio de deliberación».
«La lógica está ahora en la transgresión, en el enfrentamiento. No se debate racionalmente. La temporalidad de la democracia explota totalmente porque para debatir y votar leyes hace falta tiempo y ahora estamos en lo instantáneo. Hemos visto cómo los tuits de Trump reemplazan a las decisiones de su Ejecutivo», subraya.
Pie de foto: El ensayista e investigador francés Christian Salmon, durante una entrevista con Efe sobre su nuevo libro, «La era del enfrentamiento», en el indaga sobre las causas que han hecho posible pasar del modelo de Obama al de Trump, del «storytelling» a la confrontación. EFE/Javier Etxezarreta