La encuesta interna de intención de voto del electorado, que manejaría el Partido Popular, no le debería estar siendo muy favorable cuando el líder de los populares, Pablo Casado, hablaba ayer de la remontada que va a llevar a cabo su partido en los últimos días de campaña.
Y es que la división del voto entre el antiguo electorado popular pudiera pasarle una factura muy cara sino consigue sumar los apoyos necesarios para afrontar una investidura con garantías. Y eso que, con Casado y su renovación del PP, la pérdida de confianza de sus votantes no está siendo lo elevada se preveía.
Una investidura que necesita tener los votos necesarios, 176 o más, para ser nombrado presidente el líder popular, señor Casado.
Las encuestas que se vienen publicando últimamente no le dan la victoria y lo alejan del partido más votado, el Partido Socialista, que ve cómo no peligra una victoria al estar más dividido que nunca el voto contrario al socialismo en este país.
Queda ver cuál es el resultado y comprobar si el nuevo líder del Partido Popular consigue atraer a un electorado desencantado con el PP, sobre todo, tras la desastrosa gestión de su anterior líder, Mariano Rajoy.
Unos malos resultados dejarían muy tocado a su líder. ¿Habría que empezar de nuevo?