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Recuerdo del 80 aniversario del bombardeo de Cabra, que la izquierda y sus medios olvidan

Hace algo más de año y medio escribía el artículo “La doble vara de medir: de Guernica a Cabra y otras muchas cosas”, en el que comentaba algunas de las muchas que se ven “según el color del cristal con que se miran”, que decía el poema de Ramón de Campoamor. Desgraciadamente, esta doble “óptica” -más bien ceguera en algunos casos- sigue siendo la forma de ver las cosas durante los últimos más de treinta -podría decir de siempre, sin miedo a equivocarme- de esta izquierda y nacionalismos de uno u otro signo, que nos quieren vender su “historia” y su “verdad”, hastiándonos con sus cansinos mensajes sobre la “libertad de expresión” que les ampara a ellos para decir lo que les venga en gana, sea cierto o no -como casi siempre- y el “fascismo o franquismo”, según sea el asunto, con el que califican lo que podamos decir los que no compramos su falso mensaje. Como prueba última y por citar sólo un caso y no desviarme de lo que quiero que sea el eje de mi artículo de hoy, la diferencia de valoración de la filtración de las conversaciones grabadas a la todavía ministra de “injusticia”, Dolores Delgado y a la exSecretaria General del PP, Mª Dolores de Cospedal, que la maldita casualidad hace que tengan el mismo nombre pero, para ellos, no los mismos derechos ni el mismo juicio, tirando por la borda lo que consagra el Art. 14 de nuestra Constitución.

Me refería entonces a la diferente valoración y reconocimiento que los voceros políticos de la izquierda y nacionalistas y sus medios de comunicación -audiovisuales casi todos, y escritos en su gran mayoría- dan a dos hechos “similares” pero de muy distinta consideración y circunstancias en sus respectivos aniversarios, el tan cacareado bombardeo de Guernica del 26 de Abril de 1937, por parte de las tropas nacionales, cuyo 80º aniversario se “conmemoró” a bombo y platillo el año pasado, con su cuadro de Picasso como estandarte -sobre el que más adelante comentaré algo-, y el de Cabra del 7 de Noviembre de 1938, por parte de la aviación republicana, del que ayer se cumplieron esos mismos 80 años sin que casi nadie dijera nada.

En ambos bombardeos hubo un número parecido de muertos, más en Cabra, 109, frente a los 92 de Guernica, que también en eso se miente -muchos en cualquier caso- y concretamente en el de Cabra más de 200 heridos, aunque se diga que en Guernica hubo miles de muertos, algo difícil de entender al tratarse de una ciudad relativamente pequeña, de escasos 5.000 habitantes, y esa “altísima” mortandad hubiera supuesto la práctica desaparición de cualquier vestigio viviente, lo que no ocurrió ni de lejos. Pero lo que no se cuenta es que mientras Guernica se encontraba en el área de combate del Frente del Norte, en pleno fragor de la triste Guerra Civil -se llevaban 9 meses de los casi 3 años que duró-, y tenía fábricas de armas, que la hacían claro objetivo militar, el bombardeo de Cabra se produce en una zona relativamente tranquila en esos momentos de las postrimerías de la contienda, que se libraba entonces muy lejos de allí, en la decisiva Batalla del Ebro, y fue sobre objetivos civiles, como el Mercado de Abastos, con víctimas en su mayoría civiles, campesinos que empezaban su jornada, mujeres y niños, 14 de estos últimos para ser exactos, que iban o estaban en el mercado. También se falsea, o directamente se omite como casi todo lo referente a Cabra, el tiempo de duración de los bombardeos, que mientras en la ciudad vasca fue de poco más de un minuto, “en una sola pasada de la aviación alemana, tras una sin apenas efecto” como recoge César Vidal en su libro “La Guerra que ganó Franco”, con lanzamiento de una tonelada de bombas, en la andaluza fue de cinco minutos, con más de dos toneladas de material explosivo. Lo mismo que no se dice en la versión oficial que “la mayoría de las casas en Guernica eran de madera y lo que falló allí fue el servicio de bomberos y el insuficiente acarreo de agua del río -el Oca-, que provocó que ardiera el 60% de las casas”. Y lo que también está claro es que “el bombardeo de Cabra no fue casual”, como recoge en su libro “El bombardeo de Cabra. El Guernica de la Subbética”, el Profesor Antonio Arrabal, “sino una maniobra de distracción para desviar la atención del frente del Ebro”, como se hizo días antes en otras localidades de la provincia de Córdoba con menor alcance  y en la propia capital durante toda la guerra.

Tampoco ha trascendido mucho que ese bombardeo de Cabra tiene desde hace tres años su propio “Guernica”, inspirado en el de Pablo Picasso, obra de la pintora de origen polaco Maryla Dabrowska, que fue presentado en 2015 en la ciudad egabrense. Un cuadro que tiene aproximadamente la misma dimensión -8 x 3’5 m- y estilo que la obra de Picasso y que sí ha sido hecho con ese motivo y como la propia autora expresó en su presentación “con el deseo de que no sucedan más actos bélicos y que fuera una pieza para la reconciliación y la paz”. Lo que no sucedió con el del famoso pintor malagueño, que nada tuvo que ver con el citado bombardeo ya que cuando éste ocurrió, estaba casi terminado, puesto que como reconoció el propio Picasso, tardó en pintarlo 60 días y el cuadro se presentó el 4 de Mayo, apenas una semana después del bombardeo.

En definitiva, estamos ante otra parte importante de esa “mentira histórica” que tanto se propaga y una muestra más de esa “doble vara de medir” que nos impone la izquierda y el nacionalismo en su torticera forma de difundir la “memoria” histórica, unilateral y sectaria, que acabó por “dogmatizar” en Ley el lamentable Rodríguez y que ahora trata de “endurecer” su clon Pedro Sánchez, más conocido como Dr. Plagio.

Y la Vicepresidente Carmen Calvo, egabrense “ilustre” -es un decir- parece que no die nada respeto a lo que sucedió en su tierra tal día como ayer, hace ochenta años. Claro que como ella todavía no era de Cabra entonces, pues el bombardeo no existe. Esa es su doctrina.

Terminaba mi artículo de entonces con una pregunta que me veo obligado a repetir “¿Se enterará la derecha española de que cuando se entrega a la izquierda la Justicia; la Universidad primero y la enseñanza pública, en general, a continuación; la Prensa -escrita, radio y TV- con escasísimas excepciones de poco alcance-; no se hace limpieza completa de las cloacas del Estado que se heredan; etc., etc., y se desaprovechan las mayorías absolutas que el hartazgo de los ciudadanos le conceden, el enemigo no duerme -ni repara en medios, añado ahora- y acaba por echarlos sin reparar en medios?”

Está visto que la supuesta derecha que nos gobernaba entonces prefería el “diálogo sin fecha de caducidad”, pensando que eso domaría al tigre que acabó devorándolo y que nos ha llevado al frente popular que ahora “impera” a golpe de Decreto Ley, como ayer volvió a anunciar el “rey de la foto” tras la decisión del Tribunal Supremo de que el impuesto devengado por las hipotecas corran a cargo del contribuyente. Convocó una rueda de prensa para anunciar que, por esta fórmula legal para casos de urgencia que él utiliza cada vez que algo no le gusta y no lo puede sacar por los procedimientos legales reglamentarios y el consenso, el consejo de ministros “y ministras”, como su vicesecretaria general y “portacoz” del grupo socialista en el Congreso, la voz de su amo Adriana Lastra -menudo lastre para España es este grupo de ineptos y resentidos- apostilla, aprobará este jueves, hoy para el lector, que a partir de ahora lo sufragarán los bancos. Es decir, que seguirá pagándolo el contribuyente, que si quiere un préstamo hipotecario tendrá que aceptar un diferencial o tipo mayor, equivalente cuando menos al importe del impuesto de AJyD que deba pagar el banco. La Banca nunca pierde, decíamos siempre en algunos juegos de mesa.

La única esperanza es que este nuevo Partido Popular, dirigido ahora por Pablo Casado, parece apuntar en otra dirección que su antecesor, en dichos y en hechos, y, poco a poco, sin demasiado ruido, va limpiando el lastre heredado de su antecesor, como demuestra el abandono ayer de su escaño por parte de Mª Dolores de Cospedal. Algo que debería ser imitado por algunos de los acompañantes de desgobierno del “okupa” de la Moncloa, que no se va ni con agua caliente como no lo echemos antes de que acabemos como Venezuela, a lo que aspira su socio y vicepresidente in pectore PabLenin Iglesias y demás compañeros de asalto, como el “becario” Errejón en su última faena de aliño del régimen de Maduro.

Antonio de la Torre, licenciado en Geología, técnico y directivo de empresa. Analista de opinión

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