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El Museo de Navarra incorporará a su colección el boceto inédito del cartel de Sanfermines de Javier Ciga

El Museo de Navarra incorporará a su colección el boceto inédito del cartel de Sanfermines de Javier Ciga

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El Museo de Navarra va a incorporar a su colección el boceto inédito de un cartel del pintor Javier Ciga Echandi, que presentó al concurso de carteles de San Fermín de 1912.

El cartel representa una escena rural con dos personas vestidas de forma tradicional, acompañada de motivos florales y con un recordatorio a ambos lados de la batalla de las Navas de Tolosa. Precisamente, este acontecimiento histórico fue el que elemento predominante en los trabajos presentados ese año al cumplirse el VII aniversario de la batalla. Al certamen concurrieron 12 artistas, de los cuales resultó ganador el pintor granadino José García Lara.

Este trabajo, de indudable calidad, presenta un triple interés para los investigadores de la historia del arte en Navarra. En primer lugar, supone una nueva aportación al catálogo de obras conocidas de Javier Ciga. En segundo lugar, ayuda a conocer mejor el funcionamiento de la convocatoria del concurso de carteles de San Fermín y contribuye a formar un catálogo sobre el mismo. Y, en tercer lugar, confirma el papel de las instituciones locales, Diputación Foral y Provincial de Navarra y Ayuntamiento de Pamplona en la promoción de los artistas locales.

La incorporación de este boceto inédito del cartel a la colección del Museo de Navarra se ha notificado ya a la Fundación Ciga.

Ciga y los Sanfermines

Javier Ciga fue un renovador de la plástica navarra durante el primer tercio del siglo XX a través de géneros como el retrato, el paisaje y el costumbrismo, así como por su contribución al cartelismo y, en particular, el de temática sanferminera, en un momento en el que el Ayuntamiento de Pamplona impulsó el concurso de carteles de San Fermín y en el que se definió el cartel sanferminero caracterizado por un tratamiento de temas, escenarios y personajes netamente locales. En las dos primeras décadas del siglo XX, coincidiendo con este desarrollo, Javier Ciga realizó 6 carteles, tres de ellos mediante concurso público (1908, 1909 y 1910) y otros tres a través de encargo directo (1917, 1918 y 1920).

La primera noticia sobre la existencia del boceto de Ciga presentado al concurso de 1912 se dio en la tesis de Ignacio Urricelqui Pacho La pintura y al ambiente artístico en Navarra (1873-1940), publicada en 2009 por el Gobierno de Navarra. Gracias a fuentes hemerográficas y documentales, se conocía que el boceto presentado por Javier Ciga a esta edición llevaba el lema “Dios y Navarra” y las figuras que estaban representadas.

Igualmente, se sabía que dicho boceto, no premiado en el concurso, fue adquirido por la Diputación Foral y Provincial, previa recomendación de la Comisión de Fomento del Ayuntamiento, para que fuera empleado para anunciar los actos organizados para el mes de julio de ese año con motivo del VII centenario de la Batalla de las Navas de Tolosa, ya que el tema elegido por el artista era más apropiado para ello. No obstante, por razones económicas, no se llegaron a imprimir los carteles, pasando la obra a dependencias del Palacio provincial, actual Palacio de Navarra, en cuyo edificio se ubicaba hasta hace unos años el Archivo Real y General, donde quedó custodiado aunque inédito.

Como consecuencia de la reciente revisión de la colección de iconografía del Archivo para su difusión en Archivo Abierto, se ha reparado en su singular valor como elemento artístico, lo que ha motivado la decisión de trasladarlo al Museo de Navarra, como principal institución depositaria del patrimonio artístico de Navarra. El boceto, ha sido restaurado y se encuentra en perfectas condiciones de conservación.

Descripción de la obra

La obra es una acuarela sobre papel de 102 x 61 cm que sigue el formato de cartel, integrado por cabecera, imagen y faldón.

Presenta en la cabecera el texto “PAMPLONA” sobre puesto en un motivo de tondos lobulados que simula una decoración arquitectónica y que se desarrolla a lo largo del margen derecho de la imagen.

La imagen presenta una escena compuesta. A la derecha, aparecen dos figuras vestidas de modo tradicional. Una mujer joven, de pie, brinda con la mano derecha una corona de laurel con cintas, mientras la otra mano reposa en el hombro de un hombre sentado que sujeta entre las manos una laya, de púas largas, característica de la Navarra húmeda. Debajo de ambas figuras aparecen los escudos de Navarra y de Pamplona entre motivos florales (palmas, ramas de olivo y laurel, etc.) A la izquierda de ambas figuras se desarrolla una escena de la batalla de las Navas de Tolosa (1212), concretamente el momento en el que el rey de Navarra, Sancho el Fuerte, montado a caballo, rompe el cerco del enemigo. Dicha imagen aparece firmada en el ángulo inferior izquierdo: “J. Ciga”.

En el espacio destinado a faldón, y que aparece parcialmente “en blanco”, puede leerse: “GRANDES FIESTAS DE S. FERMÍN 1212 – 1912” y, en el ángulo inferior derecho, como lema: “DIOS Y NAVARRA”.

Javier Ciga

Javier Ciga Echandi (Pamplona, 1877-1960) es uno de los principales artistas navarros de la primera mitad del siglo XX. Inició sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona, continuándolos en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y en París, así como por diversos puntos de Europa. En 1914 participó en el Salón de París con el lienzo “Paysans Basques (Mercado de Elizondo)” si bien, al inicio de la Primera Guerra Mundial, regresó a Navarra. A partir de 1915 regentó una academia privada por la que pasaron un notable número de jóvenes artistas y desarrolló una importante labor para la clientela local como retratista, dedicado igualmente a otros géneros como el paisaje, el bodegón o el costumbrismo, a los que dotó de personalidad propia, inspirándose para sus trabajos en el ámbito baztanés, al que le unían lazos familiares.

Su período de mayor esplendor corresponde a las décadas de 1910 a 1930, antes de la Guerra Civil, episodio traumático para el artista en el que permaneció encarcelado en 1938 acusado de auxilio a la rebelión, si bien finalmente fue absuelto, previo pago de una multa de 2.500 pesetas que abonó con un cuadro de temática religiosa, conocido como el “Cristo de la Sanción”, realizado para los PP. Escolapios de Pamplona. Reincorporado al ambiente artístico local, continuó pintando y dedicándose a la docencia hasta su fallecimiento. Su obra, influida tanto por la escuela española del XVII como por la renovación plástica de finales del siglo XIX, sobre todo a través de su contacto con París, supuso una importante aportación al ambiente artístico en Navarra, acrecentada por su prolongada labor docente.

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