El policía británico intoxicado con un agente nervioso en Salisbury, centro de Inglaterra, ha mejorado pero el exespía ruso Sergei Skripal y su hija, Julia, víctimas de un intento de asesinato, siguen «graves», informó hoy la ministra de Interior, Amber Rudd.
En unas declaraciones a la cadena ITV, Rudd dijo que el policía, cuya identidad no ha facilitado, ha empezado hablar y hay esperanzas de que pueda mejorar, si bien su estado es delicado.