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Ataque químico en Europa

  • Por José V. Ciordia, historiador

Tal día como hoy, un 22 de abril de 1915, en el marco de la Primera Guerra Mundial, comenzaba la que después sería conocida cono la Segunda Batalla de Ypres, pero sobre todo, porque fue la primera batalla en la que se usó gas mortífero -gas cloro- con fines militares. Dicho gas produjo la muerte instantánea de decenas de miles de soldados aliados, aunque los alemanes tardaron varios días en enterarse, tiempo suficiente para que las tropas aliadas pudieran rearmar la zona. Desde esa batalla, en la Primera Guerra Mundial se combatirá con máscaras de gas. También fue la primera vez que una fuerza colonial (canadienses y australianos) se enfrentaba en suelo europeo a una potencia europea.

La descripción que nos hace un médico de lo que se encontró horas después del ataque es la siguiente:

Los hombres se ponen morados, luchan por respirar entre lágrimas y se quejan de quemaduras en el pecho y el estómago. Lo hemos visto todo, heridas terribles y avalanchas mortales de metal, pero todo esto no es nada si lo comparamos con la niebla que oscureció el sol durante horas, que parecieron siglos”.

Ypres es hoy y era entonces una ciudad belga. En 1915, la ciudad formaba un saliente, una cuña, cuyas trincheras aliadas se internaban entre las posiciones alemanes,  dificultando sus comunicaciones y vías de suministro. Resultaba por tanto un punto clave militar en los intereses estratégicos alemanes.

Las fuerzas aliadas estaban formadas por un total de 8 divisiones de infantería y 3 de caballería. En la zona este del sector se encontraban la 1ª división canadiense y 2 divisiones británicas. Al norte,  se encontraban dos divisiones coloniales francesas.

Para comienzos de abril, los aliados estaban preparándose para lanzar una ofensiva sobre los alemanes. La acumulación de tropas era tan grande, que el ejército alemán decidió adelantarse para romper con ello el frente, y para ello hizo uso de una nueva táctica.

Se decidió llevar a cabo un ataque masivo de gas cloro sobre las trincheras británicas, que debería reducir drásticamente sus efectivos, y cuando el efecto del gas pasara lanzar a un reducido número de unidades al ataque. A diferencia de luchas anteriores, en esta ocasión los alemanes no hicieron una gran acumulación de reservas de hombres para el ataque, para no llamar así la atención sobre la inminente ofensiva.

Los alemanes dispusieron un total de 5.700 tubos cilíndricos en sus líneas frente a las posiciones aliadas, que contenían un total de 170 toneladas de gas cloro. El 22 de abril, tras una pequeña descarga de artillería previa, a las 17 horas, aprovechando una ligera brisa que soplaba hacia las posiciones aliadas, los alemanes liberaron la carga de los cilindros, formando una nube verde-grisácea que se dirigió lentamente hacia las posiciones de las divisiones coloniales franceses. El fuego de artillería alemana se detuvo por completo para no interferir en el movimiento de las nubes de cloro.

Pocos instantes después la mortal nube de gas llegó a las trincheras francesas. En cuanto los soldados se percataron de lo que contenía dicha nube abandonaron sus posiciones y se retiraron, abriendo una brecha de unos 6 o 7 km entre sus líneas. Se estima que ambas divisiones sufrieron un total de 6000 bajas en este primer ataque de gas, y muchos de ellos morirían en un periodo de unos 10 minutos.

Inmediatamente la comandancia alemana ordenó a sus tropas atacar y tomar la brecha dejada por los coloniales franceses, pero los escasos efectivos alemanes y el temor de sus propios soldados (equipados con máscaras antigás) a los efectos del gas hizo que esta “ventaja” inicial no fuera del todo explotada. El ejército aliado rápidamente envió soldados canadienses para contraatacar y ocupar las posiciones dejadas por los coloniales franceses.

El primer ataque de gas sobre Ypres causó varios miles de bajas entre los aliados, pero en un primer momento se mostró ineficaz para romper el frente debido al temor de los soldados alemanes a avanzar. A pesar de esto, durante los días siguientes los alemanes seguirían descargando ataques de gas sobre Ypres.

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