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Medicina regenerativa: curar las enfermedades sin tratamiento

Medicina regenerativa: curar las enfermedades sin tratamiento

La curación de enfermedades sin tratamiento, la creación de órganos para trasplantes o la regeneración de tejidos dañados por la vejez son objetivos de una medicina, la regenerativa, de la que es referente mundial el investigador español Juan Carlos Izpisúa

 El investigador español Juan Carlos Izpisúa.EFE/Chema Moya
El investigador español Juan Carlos Izpisúa.EFE/Chema Moya

La manera en la que discurre la vida es siempre la misma, empezamos con el blastocito, y al cabo de unos meses aparece un organismo totalmente formado, sigue un periodo de plenitud y luego llega el envejecimiento, y independientemente de las enfermedades que tengamos o heredamos, ese envejecer da lugar a que nuestros genes y células dejen de funcionar normalmente.

De hecho, en EEUU aproximadamente cada medio minuto una persona muere de una enfermedad que en principio podría tener solución gracias al tratamiento de la corrección genética  o la terapia celular y en los  últimos 10 años el mundo de la medicina regenerativa ha sido capaz de hacer avances, a juicio de Izpisúa, ” imposible ni siquiera de imaginar” años atrás, y en el laboratorio se han podido generar todas las células o casi todas las que forman parte de nuestro organismo, como células hepáticas, neuronas, cardiacas….

En los los dos últimos años esta investigación se ha completado con la generación de mini órganos: mini ojos,  mini riñones…”Realmente avances espectaculares, avances que se han restringido principalmente al mundo del laboratorio, y que aunque han generado una gran cantidad de conocimiento, todavía no se han podido trasladar a la clínica, porque se trata de un proceso complejo aunque esperanzador”.

Pero sin embargo y en opinión de Izpisúa, sí estamos más cerca de arreglar los genes que “están rotos” para tratar enfermedades incurables, mediante la técnica de modificar la secuencia genómica del ADN del ser humano.

Se trata en lenguaje coloquial de “cortar y pegar” para quitar  el gen defectuoso, lo que permitirá curar múltiples enfermedades.

“Es algo que vendrá más pronto que la obtención de células que se reconviertan en órganos para futuros trasplantes”, ha afirmado el investigador del Instituto Salk de California, que ha viajado hasta  Madrid para entregar las ayudas a la ciencia española que concede laFundación Mutua Madrileña.

Riñones y leyendas - Quirónsalud

Riñones y leyendas – Quirónsalud

Mini riñones

La línea de investigación de reconvertir células les ha conducido en el Instituto Salk  a conseguir “mini riñones” en ratones, y los resultados los califica de “muy prometedores” porque son capaces de funcionar correctamente.

Pero un mini riñón no sirve para trasplantarlo a un ser humano y hay que escalar el experimento, “por eso -refiere- hemos escogido al cerdo, cuyos órganos son de tamaño parecido al del hombre, y en eso estamos” con la colaboración de tres centros en España.

El resultado más importante es que “hemos empezado a ver, tras cuatro semanas, que las células que están creciendo dentro del embrión  del cerdo ya están formando parte de la estructura de ese embrión y obviamente esto nos  da muchas esperanzas y nos dice que quizás el cerdo pudiera ser una fuente de producción de órganos para trasplante para humanos”.

Pero también este año de trabajo ha mostrado al equipo de Izpisúa la “complejidad” del proceso,  y aunque están confiados en poder avanzar los problemas que tiene son “muy muchos” y por ello no cree que no se verán los resultados en un plazo de tiempo más cercano.

Modificar el genoma

“No así en el tema de modificar el genoma, porque hoy disponemos de tecnologías capaces de alterar, cortar y copiar secuencias de base del ADN para corregir muchas mutaciones que dan lugar a muchas enfermedades.”

Las células de una persona adulta no se dividen y hasta ahora las técnicas de modificación del genoma no se podían aplicar a células que no se dividían, “pero hemos conseguido un pequeño truco para obviar ese problema de la división y yo creo que va a abrir un campo para curar cualquier enfermedad”.

El mayor riesgo de aparición de enfermedades se da cuando el hombre envejece y la combinación de la terapia celular y la corrección genética puede ayudar a retrasar o revertir estas dolencias.

En el Instituto Salk se ha investigado con ratones que padecen progeria y se ha logrado revertir esta enfermedad que provoca un envejecimiento tan brusco y prematuro en los niños que les lleva a vivir sólo una media de 17 años.

También se han llevado a cabo ensayos con modelos animales para corregir la retinitis pigmentaria, una enfermedad que conduce a la ceguera, y han logrado que el animal, en esta caso un ratón, recupere la vista.

Ahora están a la espera de que se concedan los primeros permisos para hacer ensayos preclínicos,”con todos los requisitos y regulaciones que se necesiten”.

INVESTIGACIÓN-GENOMA

Momento clave

Por todo ello, y en su opinión, estamos en un “momento clave”, y aunque en la línea que conduce a generar órganos partiendo de células “estamos en una fase anterior, la mezcla de las dos líneas de investigación facilitará que se avance más rápido” y confía en que lo verá su generación.

En todo ello, el investigador, nacido en Hellín (Albacete) en 1960, no ve ninguna magia:”Se trata de encontrar las reglas por las cuales la naturaleza ha evolucionado y ha creado distintos tipos celulares y entonces copiar esos mecanismos para que una vez dejan de funcionar tratar de recuperarlos. Es algo lógico que necesita tiempo”.

Para recalcar la importancia del momento en el que estamos inmersos, Izpisúa recuerda que todo lo que ha pasado en los 4.000 millones de años del planeta se rige por dos reglas de Darwin: la mutación al azar y la selección natural de esa mutación.

“Lo que estamos haciendo en el laboratorio contradice de alguna manera esa dos reglas de Darwin, estamos en un momento en el cual podemos modificar, corregir esas mutaciones y por lo tanto seleccionar y no dejarlo al azar”.

“Y me doy cuenta que son componentes éticos muy profundos los que tenemos que considerar antes de tomar esas decisiones”, pero Darwin señaló que no era la especie más fuerte ni la más inteligente la que sobrevive sino aquella que tiene mayor capacidad de adaptación.

Para Izpisúa, en primer lugar son ellos, los científicos, los que deben explicar a la sociedad los cambios que están ocurriendo.

Luego, ha concluido, serán las agencias de financiación las que deben valorar “si deben financiar según que tipo de procedimientos”. EFE/PILAR GONZÁLEZ MORENO

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