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La policía británica acusa de homicidio al presunto asesino de Cox

La policía británica acusa de homicidio al presunto asesino de Cox

La policía británica ha informado este sábado de que ha acusado de homicidio a Thomas Mair, presunto autor de la muerte de la diputada laborista Jo Cox el pasado jueves en la localidad de Birstall.

La policía de West Yorkshire, al norte de Inglaterra, indicó en un comunicado que se acusa a Mair, de 52 años de edad, de varios cargos, incluidos los de asesinato, agresión y posesión de armas. Maircomparecerá hoy sábado ante el juez de Londres, según añadió la policía.

Thomas, Tommy, Mair, de 52 años, el presunto autor, es un hombre callado, extremadamente callado, y solitario. Así lo describen sus vecinos, que también tienen de él –algunos, desde su más tierna infancia– la imagen de una persona educada y servicial, aunque retraída y distante. Muy comunicativo no era, precisamente. Criado por su abuela, Tommy Mair vivía solo en la casa familiar –no lejos de la escena del crimen– desde que esta murió, hace ya veinte años. No tenía novia –tuvo una, al parecer, que lo abandonó en su juventud–, ni amigos. Apenas nadie pasaba por la vieja casa de Birstall. No acostumbraba a recibir visitas.

Solitario, recluido en sí mismo, Tommy Mair padecía de algún desequilibrio mental. Su propia familia –dos de sus hermanos pequeños, Scott, de 50 años, y Duane St. Louis, de 41– ha declarado a la prensa británica que tenía un historial de enfermo mental. Algunos vecinos hablaban simplemente de depresión. El caso es que no trabajaba. Tiempo atrás había dado clases de inglés a extranjeros y, apasionado de la jardinería, siempre echaba una mano en este terreno en el barrio.

Parecía también pacífico. “Era incapaz de matar a una mosca”, subrayaba Duane St. Louis, medio hermano de Tommy, a quien niega haberle escuchado jamás ninguna opinión política extremista y menos aún racista… “Yo soy mestizo y congeniamos”, ­declaró.

Y sin embargo, en el interior cerrado y opresivo de la casa, en su soledad, Tommy Mair, parece haber caído en el lado oscuro. La policía británica investiga seriamente las posibles conexiones del presunto asesino con la extrema derecha y grupos neonazis.

Para empezar, el nombre de Tommy Mair aparece en una lista de suscriptores, a finales de los años ochenta, del SA Patriot, una publicación de un grupo pro apartheid sudafricano. Por otra parte, el grupo de derechos civiles norteamericano Southern Poverty Law Center (SPLC) asegura tener pruebas de que Mair había establecido vínculos con el grupo neonazi estadounidense National Alliance entre los años 1999 y el 2003. Mair les habría comprado libros de contenidos neonazis y supremacistas, así como manuales para fabricar pistolas y explosivos (aunque la pistola que utilizó para disparar contra Jo Cox no era casera…).

Desequilibrado o no, dos médicos especialistas le han examinado y han llegado a la conclusión de que está en condiciones de permanecer bajo detención y de ser interrogado por la policía.

El asesinato de Jo Cox, madre de dos hijos, ha precipitado que los políticos británicos suspendieran la campaña sobre el Brexit, de cara al referéndum del próximo 23 de junio sobre la permanencia o salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).

 

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