La decisión de la firma tecnológica desata una batalla legal con las autoridades
La batalla entre las autoridades federales de Estados Unidos y las empresas tecnológicas en torno a la creación de un acceso a dispositivos encriptados, conocido como puerta trasera (back door), se ha desatado definitivamente con la decisión del gigante tecnológico Apple, que se ha negado a desbloquear el teléfono móvil de uno de los autores del tiroteo de San Bernardino, en el que murieron 14 personas, lo que representa el inicio de lo que promete ser un largo y tenso pulso judicial.
Una jueza federal, Sheri Pym, había ordenado este martes a Apple que ayudará a la Oficina Federal de Investigación (FBI) a desbloquear y acceder al teléfono móvil usado por Syed Rizwan Farook, que murió por disparos de la policía junto con su esposa, Tashfeen Malik, después de que ambos atacasen a sus compañeros de trabajo en San Bernardino.
El aparato fue hallado por los agentes en el vehículo en el que Farook, de nacionalidad estadounidense, y su esposa, Tashfeen Malik, pakistaní, presuntos seguidores de la organización Estado Islámico, huían de la Policía cuando fueron abatidos.
Sin embargo, los investigadores han sido incapaces de acceder a su contenido, tal como reconoció el director del FBI, James Comey, en una comparecencia ante el Senado, en la que subrayó las dificultades que se encuentran en la resolución de todo tipo de casos por la negativa de las empresas tecnológicas a proporcionar la puerta trasera, siempre bajo petición judicial.
Apple se rebela contra la Justicia
En ese sentido, la decisión de la magistrada Pym representa una gran victoria para el Gobierno estadounidense. Pero el consejero delegado de Apple, Tim Cook, se ha negado a ejecutar la orden judicial y la ha calificado como «un paso sin precedentes» que «amenaza», ha recalcado, la seguridad de los clientes de la compañía.
«Nos oponemos a esa orden, que tiene implicaciones más allá del caso legal en cuestión», ha subrayado Cook. El responsable de Apple ha asegurado que la sugerencia del Gobierno estadounidense de que la herramienta creada para desbloquear el iPhone se utilizaría solo una vez «no es cierta».
«Una vez creada, la técnica podría utilizarse una y otra vez en muchos dispositivos», ha advertido Cook, quien ha añadido que sería el equivalente a «una llave maestra capaz de abrir cientos de millones de cerraduras, desde restaurantes y tiendas a casas».
Cook ha recordado que lo que quiere el FBI es que Apple cree una nueva versión del sistema operativo del iPhone que esquive funciones de seguridad importantes y se instale en el teléfono del autor de los disparos en San Bernardino, cuya acción es investigada por la policía como un acto de terrorismo.
Cook ha argumentado que de caer en las manos equivocadas ese software, que no existe en la actualidad, tendría la capacidad de desbloquear cualquier teléfono iPhone. A su juicio, debilitar la codificación de sus teléfonos perjudicaría tan sólo a los ciudadanos honestos y cumplidores de la ley, mientras que los criminales seguirían, ha asegurado, utilizando herramientas de codificación al alcance de su mano.