Armados con fusiles, ametralladoras colocadas en vehículos y misiles tierra-tierra, grupos radicales libios afines a la organización yihadista Estado Islámico (EI) intensificaron hoy su ofensiva para asaltar los dos principales puertos petroleros de Libia.
Responsables de seguridad en la localidad de Ajdabiya explicaron que llevaron a cabo ataques contra puestos de control situados a una treintena de kilómetros de la entrada principal de la terminal de Sidra, la mayor del país, y lanzaron cohetes contra su interior.
Uno de ellos alcanzó uno de los depósitos de combustible de esta instalación, que como la vecina de Ras Lanuf lleva cerrada desde diciembre de 2014 debido a la inseguridad que sufre todo el país, y en particular las zonas próximas a la ciudad costera mediterránea de Sirte, uno de los bastiones yihadistas.
Ambas terminales se encuentran en la franja de costa que separa a Sirte, ciudad natal del fallecido Muamar el Gadafi, y Bengasi, segunda urbe del país y escenario desde mayo de 2014 de enfrentamientos armados entre los dos gobiernos rivales, el establecido en Trípoli y el constituido en el puerto de Tobruk.
Según los analistas, su defensa es crucial para el futuro del país -sumido en una profunda crisis política y económica- ya que si cae en manos de las fuerzas yihadistas multiplicaría su riqueza y capacidad de maniobra.
En el último año, los yihadistas se han asentado en la localidad libia de Derna, fronteriza con Egipto, han penetrado en barrios de Bengasi y han conquistado la mayor parte de Sirte.
Además, han puesto cerco a las principales instalaciones petroleras y penetrado en la ciudad de Sabratah, a medio camino entre la capital y la frontera con Túnez.