La pretendida reforma constitucional que Mariano Rajoy parece que pretende ofrecer a PSOE y a Ciudadanos para que faciliten su investidura como Presidente del gobierno, debería ser aprovechada para, entre otras cosas, eliminar la Disposición Transitoria Cuarta, auténtica espada de Damocles para el pueblo de Navarra. Recuérdese que dicha disposición regula la entrada de Navarra en la Comunidad Autónoma Vasca, pero nada más. Una vez dentro ya no puede volver a salir.
Precisamente por esta Transitoria, una mayoría de los navarros votaron, en su día, no a la Constitución Española, y nació un partido, que desde entonces sigue siendo el más votado en Navarra, Unión del Pueblo Navarro, UPN.
El Partido Popular y su hasta hora líder, Mariano Rajoy, en pasadas campañas electorales, prometió su derogación. Sin embargo, dicha promesa nunca se ha cumplido.
Sería el momento de que dicha disposición fuera eliminada. Una buena muestra de la pretendida defensa de la unidad de España que estos tres partidos abanderan sería esta. No puede hablarse de transitoriedad después casi 40 años. Una Navarra singular y peculiar no debería difuminarse en otra región que, históricamente, llegó a pertenecer a un reino llamado de Pamplona, luego llamado de Navarra, y que a comienzos del siglo XI, con Sancho III «el Mayor», llegó a controlar los incipientes reinos hispánicos de entonces.