Esta es la primera vez que un Papa, fuera de Roma, «abre la puerta santa» y lo hace en la Gran Mezquita o Catedral de Bangui
El Papa Francisco abrió la Puerta Santa de la Catedral de Bangui, lugar de oración musulmán en la capital centroafricana. Aquí se encuentra el último reducto de población musulmana en la capital. Este hecho supone también un gesto orientado a alentar la paz en este país y el mundo.
Con este acto simbólico, el Papa parece querer explicar la decisión de «anticipar» el inicio del Jubileo de la Misericordia en este país, Año de la Misericordia que se esta previsto iniciar oficialmente el 8 de diciembre.
«Bangui se convierte en la capital espiritual del mundo», dijo el Papa delante de la Puerta Santa, antes de abrirla. Y continuó «el Año Santo de la Misericordia viene en forma anticipadas a esta Tierra. Una tierra que sufre desde hace varios años por la guerra y el odio, la incomprensión, la falta de paz. Todos nosotros pedimos paz, misericordia, reconciliación, perdón, amor. Para Bangui, por toda la república Centroafricana, para todo el mundo, para los países que sufren la guerra ¡pedimos la paz! Y todos juntos pidamos amor y paz. ¡Todos juntos!»
En la Mezquita, el Papa Francisco afirmó que cristianos y musulmanes son «hermanos» y ha pedido el fin del conflicto que azota al país. «Juntos digamos ‘no’ al odio, a la venganza, a la violencia, en particular a la que se comete en nombre de una religión o de Dios. Dios es paz», ha declarado el pontífice tras mantener un encuentro con la comunidad musulmana y con el imam, Nehedi Tidjani.
Bienvenido sea cualquier gesto encaminado a establecer relaciones de paz entre todas las personas, aunque casi seguro que se quedará en un simple gesto, sin traducirse en hechos.