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OPINIÓN: ¿Quo vadis Catalunya?

OPINIÓN: ¿Quo vadis Catalunya?

La ciudadanía catalana ha hablado ya y lo ha hecho como jamás en su historia, batiendo records con más de 9 puntos de incremento desde el máximo anterior. Un 78 % teniendo en cuenta la abstención técnica significa que la práctica totalidad de catalanes y catalanas han ido a las urnas con una voluntad clara de pluralidad y respeto a la democracia. Sin un solo incidente, en paz.

Antes que nada un breve análisis de esos resultados. Por un lado dos partidos de los llamados emergentes aparecen como triunfadores, la CUP que más que triplica escaños y sobre todo Ciudadans. El PSC salva como puede los muebles, teniendo en cuenta que apenas hace unos meses sufrió una traumática escisión de su alma nacionalista, que amenazaba incluso su existencia como partido. Ha perdido lo mínimo permitido e incluso igualando en votos el resultado anterior.

Por último quedan los fracasados, comenzando por CiU y ERC que incluso sumando potentes organizaciones sociales como Omnium, AMI y ANC no sólo no han podido subir sino que han bajado nada menos que 9 parlamentarios y un 5 % de porcentaje de apoyo.

El segundo fracaso ha sido de la otra fuerza emergente del estado, Podemos que ni siquiera con la ayuda de Iniciativa, la patente catalana de IU, y los poderosos movimientos vecinales de Barcelona ha sido capaz de superar los resultados de ésta bajando 2 parlamentario. Este traspié puede tener consecuencias de cara a las generales del 20 de Diciembre.

También el PP se lleva un importante batacazo quedando casi como un partido residual y ya todas las miradas se dirigen a Mariano Rajoy artífice de la propuesta de poner a un duro como Albiol de cabeza de lista. El fracaso también en este caso puede tener consecuencias de ámbito estatal. Que el partido en el gobierno sea residual en Catalunya y probablemente lo será en Euskadi es preocupante de cara a resolver los problemas centro-periferia.

Por último queda Unió que queda fuera del Parlament después de que su líder histórico Durán i Lleida optara por romper con una CDC entregada en brazos del independentismo.

Pero el fracaso más espectacular se lo lleva Artur Mas que ha llevado a su partido de una cómoda mayoría parlamentaria a, incluso con la atípica unión con el principal partido de la oposición, bajar en parlamentarios y en votos.

¿Qué va a pasar a partir de ahora?

1.- Parece evidente a la vista de las declaraciones y gestos del día después, que los independentistas no van a asumir ese fracaso y van a seguir con la hoja de ruta aprobada el pasado 30 de Marzo, ya que entienden que la mayoría de escaños les legitima para ello.

Es evidente, porque entre CDC, ERC y CUP no existe nada en común, solo el camino hacia la independencia y lógicamente lo van a recorrer juntos. También en el independentismo se palpa la diferencia entre la ética de la izquierda y la estética de la derecha cuando la CUP señala verazmente que al no ganar el refrendo no se puede hacer la DUI (declaración unilateral de independencia) y la hoja de ruta debe cambiarse.

2.- Otro escollo que surge es que haya asegurado que en ningún caso apoyará a Mas como President, por ser el responsable de los brutales recortes al Estado del Bienestar realizados en Catalunya. Será muy interesante en los sucesivos días hasta la constitución del Parlament, ver el cortejo contra natura que los representantes de la gente guapa catalana haga a los del proletariado que siempre han despreciado.

Veremos cómo se resuelven las tensiones que el actual President genera entre Junts pel SÍ y las CUP, e incluso entre las propia coalición ganadora y hasta se oyen ya voces críticas dentro de CDC.

Parece que Artur Mas está amortizado y que si resulta un estorbo para continuar esa hoja de ruta será apartado, pero no sin serias resistencias que pueden desgastar el propio proceso. Las declaraciones de las CUP sobre las condiciones de pacto también han abierto las carnes a las clases dirigentes catalanas que controlan CDC. La palabra desobediencia civil está en contra de su genética.

3.- Tampoco parece que, hasta Diciembre al menos, quienes gobiernan en el Estado hayan entendido lo que está ocurriendo en Catalunya, el riesgo de quiebra que viene desde allí. Escuchar a Rajoy el mismo discurso inmovilista de los últimos cuatro años no da para muchas esperanzas.

4.- La clave es la posición que el partido alternativo, el PSOE y los emergentes con quienes deberá de pactar, Podemos o Ciudadanos tengan sobre este asunto, aunque no parece tampoco que lo hayan entendido y mucho menos que tengan una hoja de ruta alternativa a la de quienes pretenden separar Catalunya del Estado.

5.- Aunque el discurso, coincidente con las elecciones, del Lehendakari Urkullu en Euskadi sea de una mayor sensatez y moderación, convendría ser escuchado también desde Madrid para evitar abrir una nueva brecha allí.

Es curioso que solo hace cuatro años desde Euskadi y Navarra, mirábamos con envidia su proceso, íbamos allí a aprender de él, de su capacidad de entendimiento y ahora ocurra al contrario.

¿Qué hacer ante esta compleja situación?

Para evitar que lo complejo nos lleve a lo dramático lo primero, entender ambas partes que estamos condenados a entendernos. Que el panorama que nos rodea nos obliga a hacerlo, porque no se van a aceptar en Europa decisiones unilaterales.

Zapatero el bienintencionado no vio venir el tsunami de la crisis económica y se lo llevó por delante, ahora Rajoy no ve el del independentismo y queda claro que la solución será sin él y sin el PP.

Catalunya, una parte importante de su ciudadanía no ve su encaje en la España actual y será obligación de todos buscarlo de manera civilizada.

Desde luego el centro debería haber escuchado antes el eco que nos llegaba de la periferia. Un mensaje que algunas gentes intelectualmente bien dotadas como el desaparecido Enrique Curiel o actualmente el Decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Granada José Antonio Pérez Tapias venían advirtiendo. Haría bien Pedro Sánchez en releer los textos de ambos, e incluso contar con el segundo para un futuro como Presidente del Gobierno.

El actual marco del Estado de las Autonomías se está quedando obsoleto ante las demandas de esa periferia, por eso estamos obligados a hacer una relectura del mismo. Se debería haber iniciado antes un nuevo proceso constituyente que condujera a un Estado Federal Plurinacional. Una especie de Segunda Transición como defendía el propio  profesor Curiel que vivió en primera persona la primera, repleta de gesto de diálogo, negociación y acuerdo desde la generosidad. Entonces muchos dejaron plumas en la gatera para lograr un acuerdo que parecía imposible. Recordemos al PCE.

Quizás aquellos acuerdos, aquellas síntesis se alcanzaron porque había miedo. Miedo a la vuelta de una dictadura recién abandonada, miedo a repetir esas partes cainitas de nuestra historia, esas confrontaciones entre las dos Españas, por mucho que ahora una de ellas se llame Catalunya o Euskadi. Quizás un poco de miedo no nos vendría mal y lo ocurrido el domingo da para ello.

Se debió hacer en su día y no se hizo, habrá que hacerlo ahora pero en peores condiciones. El domingo fue un día histórico, es probable que pocos hayamos sido conscientes de ello pero lo fue, probablemente el más importante de la democracia. La respuesta de la ciudadanía catalana habrá que verla con perspectiva de futuro. ¿Qué habría pasado con una participación 9 puntos menor? Quizás la ancestral inteligencia de esa ciudanía, su instinto le haya hecho ir a votar en masa y nos lo haya puesto un poco más fácil.

Pero nos queda otra cita histórica, la de las generales de Diciembre. De lo que allí salga puede marcar la solución o la quiebra, porque parece evidente que esto se resuelve sin Rajoy pero también sin Mas.

Una solución que va a necesitar mirar al “otro”, entender sus demandas, escucharlas abriendo vías de diálogo, entendimiento, negociación con grandes dosis de generosidad, audacia e imaginación para llegar a acuerdos estables, estratégicos. Ser capaces de construir una “casa común” en la que estemos todos cómodos. ¿Un estado Federal Plurinacional? ¿Reconocimiento del derecho a decidir y perder el miedo al referéndum? ¿Explorar e impulsar las Euro regiones? ¿Un nuevo pacto fiscal que iguale Catalunya a Euskadi y Navarra?

Quizás aún no sea demasiado tarde, por eso habrá que intentarlo.

José Luis Úriz Iglesias (Afiliado al PSC viviendo en Navarra)

CARTA: “Billy el niño” memoria, reparación, justicia

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