Las fallas del futuro podrían abandonar el poliestireno como materia prima para ser construidas con materiales más ecológicos y menos contaminantes, como la paja de arroz o el serrín, y también podrían ser impresas directamente en tres dimensiones, según la Universidad Politécnica de Valencia, cuyos investigadores ya han obtenido resultados a pequeña escala.
Estos nuevos ‘ninots’, que ya son una realidad en el laboratorio, podrían convertirse en el nuevo estándar de construcción de fallas y abren una nueva vía para empresas y talleres artesanos, informan los responsables de esta investigación. «Nuestro objetivo es múltiple: por un lado conseguir un material compuesto por combustible no tóxico, como alternativa al poliestireno utilizado actualmente y, por otro, desarrollar un robot que permita la impresión 3D empleando dicho material», destaca Miguel Sánchez, investigador del Departamento de Informática de Sistemas y Computadores (DISCA) de la Universidad Politécnica de Valencia.
«Desde nuestros laboratorios, estamos trabajando a pequeña escala con unos resultados iniciales prometedores. Se trata de un primer paso hacia una nueva forma de construir los monumentos falleros».
El proceso de impresión es similar al que utilizan las impresoras en tres dimensiones, que depositan plástico fundido. Según los investigadores, para los profesionales del sector, la principal ventaja sería la ausencia de desperdicios, y evitar la combustión de grandes cantidades de poliestireno, con el consiguiente beneficio medioambiental.