Mañana será beatificado el que fue el segundo Gran Canciller de la Universidad de Navarra y primer sucesor de san José Mª Escrivá de Balaguer en Madrid.
Esta celebración requiere cuando menos unas palabras como medio de comunicación de Navarra y desde Navarra que somos.
Dejando al margen prejuicios e ideologías de todo tipo, es buena noticia para la Universidad de Navarra y para Navarra por su importancia y reconocimiento.
La Universidad de Navarra (Clínica y CIMA) ha significado y significa para nuestra tierra un gran empuje de auge no sólo económico (que es muy necesario), sino cultural e intelectual. Nos vistió de «educación» y «universalidad» a los navarros. Porque Navarra trascendió sus fronteras y se abrió al mundo . Dotándonos de estudios, espacio, investigación, ciencia y medicina. Haciéndonos ser un referente nacional e internacional en todos estos campos. Un refente que, queramos o no, da prestigio.
Sea como fuere, la beatificación, de quien fue el segundo Canciller de la Universidad de Navarra, trascendiendo de lo divino, es humanamente propaganda y otro motivo más del que servirnos para extender nuestro ámbito económico y cultural y para adquirir un protagonismo alejado de política, la corrupción, nacionalismos, secesionismos, «consulta», Justicia…
Es un motivo fresco y distinto del que bien merece la pena editorializar y aprovechar, como navarros, para expresar nuestro agradecimiento.
Directora NI