
Francisco ha clausurado en Corea del Sur la sexta Jornada de la Juventud Asiática.
China, Corea del Norte y Vietnam son los países con los que la Santa Sede no mantiene
ningún tipo de relación.
En un nuevo esfuerzo por mejorar las relaciones, el Papa Francisco invitó informalmente a China, Vietnam y Corea del Norte a “promover un diálogo con el Vaticano que beneficiará a todos”.
Durante un encuentro con todos los obispos de Asia, el Santo Padre les propuso adoptar una actitud nueva de «diálogo fraterno» que pueda facilitar el entendimiento.
Justo el día anterior, Pekín había hecho un comentario discretamente positivo para agradecer un gesto de buena voluntad del Papa.
Después de leer el párrafo sobre los países sin relaciones diplomáticas, Francisco glosó al margen del texto escrito el significado de su firme esperanza en “un dialogo que beneficie a todos”.
Les dijo que “no me refiero solo al diálogo político sino al diálogo fraterno”. El Papa pidió un cambio de actitud para dejar claro que, a diferencia de la época de intromisión agresiva de las potencias occidentales en Asia, «los cristianos no vienen como conquistadores, no vienen a quitarnos la propia identidad. Vienen a caminar con nosotros. Caminar juntos, esto es lo esencial».
Sus palabras eran un llamamiento a probar de nuevo el camino de la humildad y la mansedumbre, confiando en que esa actitud de buena voluntad deje de caer en saco roto.
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