«No hay problema de contagio» esta era la tranquilidad que transmitía la ministra de salud, Ana Mato. Un posible caso de ébola en Alicante saltó todas las alarmas y protocolos, pero sin más información al respecto.
Al final, lo que estaba controlado, la tranquilidad porque no había problemas de contagio… al final todo ha desencadenado en lo previsible: el primer caso de ébola en España y fuera de África por contagio.
No vamos a entra a valorar si con las repatriaciones se pretendía un protagonismo, pero sí es para valorar la negligencia que se está dejando entrever, negligencia que se suma al riesgo.
Y responsables los hay. En la primera repatriación la ministra, según su secretaria de estado, estaba de vacaciones pero «siguiendo» lo que ocurría, en ningún momento ha dado explicaciones, en ningún momento ha informado sobre los riesgos, el peligro, la situación real… Sólo ha intentado transmitir tranquilidad porque no hay problema de contagio.
Sea como fuere, ayer ante la alarma generada por el contagio de la auxiliar que trató al segundo repatriado desde África con ébola, Mato salió en rueda de prensa acompañada de cuatro o cinco técnicos sanitarios (aunque sólo hablaron dos de ellos), la ministra trató de transmitir, una vez más, el mensaje de tranquilidad, un mensaje que a la vista de lo que está aconteciendo hoy y las opiniones emitidas por medios de comunicación y redes sociales, no llegó.
Más bien al contrario Ana Mato ha hecho saltar todas las alarmas por su gestión en el primer caso por contagio de ébola fuera de África. La responsabilidad tiene un límite que bien puede desencadenar en una acertada dimisión.
Directora NI
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