A un mes del asesinato del agente pastoral Juan Antonio López, detienen a tres sospechosos en Honduras
El pasado 14 de septiembre, Juan Antonio López, de 46 años, casado y padre de dos niñas, coordinador de la pastoral social de la diócesis de Truijllo y miembro fundador de la pastoral de la ecología integral en Honduras, fue asesinado a tiros mientras se encontraba en su automóvil, tras salir de la celebración eucarística en la colonia Fabio Ochoa, en el municipio de Tocoa, poblado del que también era concejal, a unos 300 kilómetros de Tegucigalpa, capital de Honduras.
López, era conocido por su compromiso con la justicia social y sacaba fuerza y valor de la fuente de su fe cristiana. Delegado de la palabra en su parroquia y miembro de la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (REMAM) su vocación lo impulsaba a involucrarse en la protección de los recursos naturales en favor de los más vulnerables de su país. Una elección que acabó enfrentándole a los intereses de las empresas extractivas que operan en Honduras.
Según los testimonios recogidos, varios hombres armados en moto, se le acercaron cuando salía de la iglesia donde había asistido a la celebración eucarística esa noche y sin pronunciar palabra le dispararon varias veces. López murió al instante. Recientemente, había denunciado la contaminación de los ríos Guapinol y San Pedro, amenazados por proyectos mineros ilegales que ponen en riesgo los recursos hídricos de los que dependen las comunidades locales. Según los investigadores, este podría haber sido el móvil de su asesinato.
Medios locales informaron que el crimen ocurrió pocas horas después de una conferencia de prensa en la que López, junto con otros líderes comunitarios, había denunciado la presunta vinculación de miembros de la administración municipal de Tocoa con el crimen organizado.
La Policía Nacional detuvo a varios sospechosos y, el pasado miércoles, un juzgado de San Pedro Sula dictó auto de formal procesamiento con prisión preventiva contra tres supuestos autores materiales del asesinato. Entre las pruebas presentadas se incluyen imágenes de cámaras de seguridad que identifican a los acusados, así como el testimonio de testigos protegidos. Además, la geolocalización de los teléfonos de los imputados confirma la hipótesis que llevaban días siguiendo a la víctima y planificando el homicidio.
El abogado de la familia de Juan López ha instado a las autoridades penitenciarias a garantizar la seguridad de los acusados, con la esperanza de que puedan revelar los nombres de los autores intelectuales del crimen.
“El compromiso de Juan con la ecología no era ideológico, sino fruto de su fe”, ha afirmado el obispo de la diócesis de Trujillo, Jenry Ruiz. En un mensaje publicado tras el asesinato, Ruiz escribió: “Para él, el compromiso social, ecológico y político no era una cuestión de ideología, sino una manifestación de su ser cristiano”. “Era un auténtico siervo de Dios y un luchador incansable por su pueblo”.
López, vivía con la convicción de que la fe debía traducirse en acciones concretas a favor de los más vulnerables. Su devoción por San Óscar Romero y su labor en las Comunidades Eclesiales de Base, le impulsaban a seguir adelante en su compromiso con la justicia social, dedicando su vida a defender las comunidades rurales y los recursos naturales de Honduras.
“Sabía que su lucha por proteger el agua y los ríos lo ponía en riesgo,” ha comentado un familiar de la víctima, recordando que había recibido amenazas con anterioridad. Desde 2023, contaba con medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) debido a las amenazas de muerte recibidas por su trabajo en la defensa del medio ambiente.
El asesinato de López se inscribe en un contexto de creciente represión contra los defensores de derechos humanos en Honduras. “Este crimen no es un caso aislado”, han declarado en un comunicado conjunto la REMAM y el Movimiento Laudato Sí. “No es solo un nombre más en las estadísticas; era un hijo de Dios, un hermano cercano y afable. Honramos su testimonio de fe y su labor en la construcción de una casa común mejor”, ha añadido el arzobispo de Yucatán y presidente de la REMAM, Gustavo Rodríguez Vega.
Cabe recordar que, en enero de 2022, se registró un homicidio similar en Honduras: el del agente de pastoral Pablo Isabel Hernández, asesinado en el municipio de San Marcos de Caiquín, en el departamento de Lempira, mientras se dirigía a una celebración de la Palabra. Ese mismo año, el 2 de marzo, el sacerdote católico Enrique Vásquez también fue asesinado mientras visitaba a sus padres. Su cadáver fue hallado al norte de San Pedro Sula, en Santa Cruz de Yojoa, con varias heridas de bala.
La Conferencia Episcopal de Honduras ha instado a las autoridades a llevar a cabo una investigación exhaustiva y transparente. “Nos embarga una profunda tristeza”, ha expresado la Conferencia en su comunicado, pidiendo a los fieles que eleven oraciones por López, “un verdadero discípulo y misionero”. “Juan Antonio López era un hombre comprometido con la verdad, honesto y valiente, que con sus acciones concretas nos demostró su fe”.
El Papa Francisco, durante el Ángelus del 22 de septiembre, destacó la importancia de proteger a quienes defienden la justicia. “Me uno al duelo de esa Iglesia y condeno toda forma de violencia”, dijo. “Estoy cerca de quienes ven pisoteados sus derechos fundamentales y de quienes trabajan por el bien común, respondiendo al clamor de los pobres y de la tierra”, agregó el Papa, recordando el legado de López como un hombre de fe que entregó su vida por los demás. AGENZIA FIDES