Últimas noticias

No debemos psicologizarlo todo, no es positivo para nadie.

 

Llegan estas fechas próximas a la vuelta al trabajo, después de unos buenos días de vacaciones y “enseguida nos entra la neura”, como me decía ayer tomando el vermú en las fiestas grandes de Marcilla. “Miedo me da pensar que el uno de septiembre entro a trabajar, igual me cojo unos días de vacaciones o libres”. Llegué a mi casa y reflexioné estas cuatro ideas que me parece que centran el tema en su justa medida. El síndrome postvacacional como tal, no existe clínicamente, luego no es un cuadro ni psicológico ni menos psiquiátrico. Los periodistas que son -sin duda- quienes primero lanzan la daga, van haciendo cuerpo a base de insistir y de repetir la enorme fatiga, rechazo y ansiedad que se origina en los primeros días de la vuelta al trabajo. ¡Que sí, pero no!

¡Toda la vida hemos tenido -como humanos que somos-, la sensación de cierto nivel de angustia, morriña, desazón y algunos síntomas de ansiedad, que desaparecen casi de inmediato, o lo más que pueden durar son tres días! A estos “minisíntomas” no se les puede llamar un cuadro clínico ni una situación de media emergencia. Sí es cierto -como siempre lo ha sido-, que depende mucho del perfil psicológico de cada persona-trabajador. La inmensa mayoría no tiene para nada un cuadro de ansiedad, menos un síndrome postvacacional, que supone una entidad clínica, que hoy por hoy no tiene ni base ni estructura para que así sea.

Incluso, fíjense lo importante de no suscitar los miedos de las personas, que somos tan débiles en una sociedad tan vulnerable -sobre todo postpandemia-, que enseguida nos alarmamos cuando leemos u oímos en los medios de comunicación que: “¡Cuidado con la entrada en el trabajo, que el síndrome postvacacional tienes sus tropiezos y sus intríngulis!”. Sí, es posible que los tres o cuatro primeros días nos encontremos con cierto nivel de morriña, de cansancio, de lenta adaptación, y que nuestro cerebro no se concentre lo suficiente al cambiar radicalmente, ya que de acostarte a las dos de la madrugada, habiendo ingerido más alcohol de la cuenta y haber comido en exceso…; volver al trabajo donde la mesa la ves llena de papeles, possits y demás encargos que durante quince días o un mes, han ido acumulándose en tu agenda electrónica… ¡Se te cae el alma a los pies! Esto es una normalidad normal, nada del otro mundo. Hay que echarle ganas, esfuerzo y voluntad y sobre todo unas buenas dosis de energía y humor, porque tenemos trabajo, porque servimos para mucho, porque vale la pena volver a la rutina, y porque no hemos pedido un crédito para pasar unos días maravillosos en la playa.

Relativizar y lea aquello que le ayude a entrar en el trabajo con esa ilusión que nos mantiene vivos, porque somos útiles a la sociedad, a cambio de lo cual tenemos una independencia económica, y estamos y somos más felices una vez entramos de lleno en una rutina que nuestro cuerpo y mente necesitan, y esa rutina se ajusta en unas horas, lo más uno o dos días… y, volvemos a nuestra mesa de trabajo, a nuestra empresa, a ese torno que sin mis manos no procesa la pieza perfecta que realizo y me da una gran satisfacción.

Relativiza, cuando tanta personas jóvenes y no jóvenes, no tienen trabajo y estarían encantados de estar en tu puesto, aunque tu sueldo no sea tan bueno como tú realmente mereces; pero tienes trabajo, realizas una función social, laboral que te permite evolucionar de manera diferente a quienes están en paro.

Relativiza, porque trabajar y acomodarse de nuevo a una rutina, nos hace más felices y nuestro termostato de la felicidad se equilibra y me siento mucho mejor física y psíquicamente. Y esta forma de pensar y de acudir a nuestro puesto de trabajo es en definitiva tener un buen nivel de salud. ¡Venga, vamos con las pilas recargadas de optimismo a emprender la jornada laboral con más fuerza si cabe y con esa disposición que solo tú, como persona, puedes cambiar a tu favor!

Dr. Emilio Garrido Landívar, Psicólogo clínico y doctor de la Salud, Catedrático de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos (CEU)

Artículo anterior ¿Las oposiciones son la máquina de hacer personas felices?

About The Author

Otras noticias publicadas

Responder

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies