Por defender nuestra cultura, aprender y valorar lo nuestro, se debe acudir a la plaza de toros siempre que se pueda. Mucho más cuando se recupera una feria que algunos habían secuestrado.
En estos tiempos que RTVE proscribe a varios millones que también la paganos con los impuestos, que sus periodistas hacen el ridículo para defender lo indefendible (con aire de altos gurús taurinos, sin embargo vendidos a la «mafia del sistema») es imprescindible contratacar desde los tendidos.
También es necesario contar las cosas que, por necesidad, se suelen realizar en «petit comité» en las fincas, pero que a los caciques de la radio pública les molesta se enseñen.
Por eso, y mucho más, invito a presenciar el tentadero de Olite. Ya lo escribí hace unos días: salvo algunos pocos por estar en el lío, para el común de los mortales es más fácil acudir a una corrida que presenciar una tienta. Y a los del apagón informativo se ve que les escuece que se enseñe.
Y tienta pública se va a realizar este 15 en Olite, con su pan se lo coman los agoreros, y protagonizada por ganado de la tierra ( el del rabo de Morante en Estella 2022) y matadores de mucha enjundia aunque lejanos a la prensa de «cuore». (Qué bien estuvo Expósito en su última hace poquito; como siempre).
Como dijo el coronel Pinilla, «disparad sobre nosotros, el enemigo está dentro». Combatámoslo acudiendo.
Así que esté domingo 15 todos al tentadero de Olite. De paso, yo lo comentaré, porque me han puesto la muleta y me arranco de largo, gratis y por afición; ni toque ha hecho falta.
Lo hablaré para todo el mundo aunque gruña algún aficionado veterano; mi narrativa no es solo para él, que ya se lo sabe, sino para acercar al que no una faena campera.
Y, además, me tranquiliza que las almohadillas son blandas.
Suyo afectísimo, Jesús Javier Corpas-Mauleón.
Fotografía Jesús Javier Corpas-Mauleón