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Cuento ficción

Hubo un tiempo, en un futuro reciente, donde las plantas todas se convirtieron en carnívoras, de manera que, su alimentación dejó de depender del agua y los nutrientes de la tierra y pasó, cual venganza, a ser de carne animal. Parecía una forma sabia de defenderse del hombre que dejó hace mucho tiempo de utilizarla para hacer muebles, casas o barcos. Se devastaba el monte para plantar frutales mermando el hábitat de los animales y la regeneración del aíre.

Todo tipo de expertos advertían del calentamiento planetario, pero nadie que tuviera montada una industria que le diera beneficios hacía caso de los expertos. Las urbanizaciones se abrían paso entre la vegetación a riesgo de incendios, las calabazas crecían en el desierto con el goteo incesante del agua traída de lugares remotos.

Así que ante el ataque de los arboles, arbustos y toda clase de vegetales, el hombre dejó de caminar por el campo y vio reduciendo su espacio vital que ahora habría de compartir con los animales que también huían del ataque. El desorden era total, los animales carnívoros atacaban a los herbívoros y el hombre dejó de ser vegano.

De hecho, el hombre no podía salir con tranquilidad ni al jardín de su casa por temor a ser devorado por sus propios árboles, los que plantó y abonó de pequeños.

El viento se alió con los juncos que eran lanzados cual flechas certeras hacia todo aquel que se acercara. Las cañas de bambú se convirtieron en lanzas que amenazaban a los animales en su entorno, algunas plantas y las hojas caídas de los árboles, se volvieron mal olientes en su putrefacción para tener más argumentos y repeler a los humanos y, no hacía falta acercarse mucho a un árbol para ser devorado por éste. Las raíces, como los tentáculos de un pulpo, te cogían por los tobillos y te llevaban hasta la copa donde eras deglutido.

Los científicos no auguran mucho futuro a todos los seres que huyeron a los polos.

También dicen que todo es cosa del meteorito que describió una línea tangente sobre la estratosfera, a unos cincuenta kilómetros de la Tierra y siguió su camino por el espacio. A este fenómeno se le achaca esta metamorfosis brutal. Tal vez por ese motivo ya no hay vida en el sistema solar y nuestro planeta sea el último en ser exterminado.

Manolo Royo, humorista www.manolo-royo.com

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