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Adiós a un año que pudo ser mejor y… ¿Feliz 2022? ¡Ojalá!

 

Escribía en mi último artículo sobre esos medios –o sea todos–, en teoría de información, que  en realidad nos manipulan según el guión que marca el que los controla, ese poder «desconocido» que persigue un fin cuando menos dudoso, si no claramente perverso para la Humanidad. Lo hacía en clave nacional y desde un punto de vista político, y versaba sobre la tergiversación de declaraciones sacadas de contexto, siempre malintencionadamente -aunque desde ópticas distintas-, encaminadas al mismo fin, desacreditar y minar la única alternativa clara y posible al vendido presimiente Sánchez.

Trataré ahora de lo que desde hace ya casi dos años -21 meses largos para ser exactos, tras uno y medio de ocultación y mentiras- nos vienen transmitiendo esos medios, con su poderosa arma de manipulación masiva, el miedo escénico. Aunque por lo que nos llega no sea exclusiva de los medios españoles, sino de una muy bien tejida red «informativa» en el mundo  occidental, obviamente, lo que nos afecta directamente es lo más próximo y a ello hay que referirse. Recordemos que, desde aquella afirmación gratuita de «España, no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado. Esperemos que no haya transmisión local, si la hay, será transmisión muy limitada y muy controlada» que dijera el 31 de Enero de 2020 el no doctor Fernando Simón ante el primer positivo detectado en La Gomera, todo ha sido un despropósito informativo.

Primero fue aplazar lo que la OMS, Organización Mundial -la M podría ser de “Mafiosa”- de la Salud, definió a su manera como Pandemia, porque había que celebrar la feminazi fiesta del 8 Morado que le exigía el socio de desgobierno. Después llegaron los sucesivos estados de alarma, declarados inconstitucionales recientemente por el TC y los abusos legislativos camuflados en una plétora de decretos ley. En el verano de ese 2020, nuestro ya «acreditado» Pinocho cum Fraude se preparaba sus vacaciones, de palacete en palacete del Patrimonio Nacional –Falcon mediante–, tras soltar con su prepotencia y chulería características: «Hemos derrotado al virus y doblegado la curva». Luego vinieron las sucesivas olas que habrían hecho las delicias del «surfista» Karis B. Mullis -así se definía en 1998 en su autobiografía, Dancing Naked in the Mind Field (Bailando desnudo en el campo de la mente)-, Premio Nobel en 1993 por descubrir la Reacción en Cadena de la Polimerasa, la conocida PCR. La OMS tuvo la ocurrencia de bautizar las variantes -o mutaciones- del, al parecer, todavía no aislado virus con letras del alfabeto griego: alfa, beta, gamma, delta, épsilon, lambda y salto a la ómicron –ya faltan menos para completar los 24 caracteres del conocido alfabeto, aunque parece que otras cinco ya se dieron a otras tantas subvariantes y que las monosilábicas no gustan –, provenientes siempre de países lejanos –y para no señalar a ninguno, justificó– en los que los estragos no parecen tan cuantiosos. En el ínterin, y hasta hoy, las «vacunas» sin probar, nada menos que cuatro marcas y otras menos conocidas en pocos meses -todo un récord-, que al principio eran sinónimo de inmunidad –<llevamos un millón… tres, de «inmunizados»>, repetían a todas horas los mismos medios– y de cuyos desconocidos, posibles y graves efectos secundarios, alertaban muchos científicos silenciados por ellos, con no pocas contradicciones como la citada: Conservación a 70º C bajo cero, que después se inoculaban en carpas al descampado a 40ºC a la sombra; homogeneidad de marcas que luego pasó a mezclarlas porque escaseaba la primera, parece; contagio de los ya vacunados, ante lo que se explicó que eran casos muy escasos y siempre leves; más contagios de vacunados a los que las vacunas «protegerían de ser hospitalizados o ingresados en UCI»; hospitalización mayoritaria de vacunados con dosis completas, incluso con la tercera inoculada, que se justifican porque «si se ha vacunado al 90% de la población mayor de 12 años, es normal que haya mayoría de vacunados en hospitales y UCI» -ABC daba este titular hace pocas semanas: «Uno de cada cuatro hospitalizados en Galicia son no vacunados», luego tres, eran vacunados ¿no?, pero el titular hay que “cuidarlo” sin salirse del guión-.

La simple enumeración de todos los dislates de esta cada día más evidente manipulación desde la incuestionable existencia de ese virus de origen todavía no claro, que ahora muchos de los “covidófilos” quieren ver como “una clase de gripe”, sobrepasaría el espacio de un artículo. Por eso dejo a modo de resumen las «explicaciones» que nos han venido dejando políticos y medios, que recogían con buen humor y desde la ironía, una chica en uno de los muchos vídeos o textos que cuestionan esta secuencia de despropósitos y contradicciones, cuando menos, mal explicados:

«Estamos en pandemia, os prometemos que vamos a invertir en sanitarios y en sanidad».

«Ponte la mascarilla, confínate, no salgas de casa, hazlo sólo para ir a trabajar. Confía en nosotros, confiamos en vosotros».

«Los hospitales no están preparados. No hay bastantes sanitaros. Ayudadnos».

«Nos orgullece ver cómo la gente entrega material sanitario –¿bolsas de plástico?– a los sanitarios. Necesitamos mascarillas. Ponte las mascarillas. Ahora vamos a subir el IVA de la mascarillas –sólo de algunas y con retraso y falsedad, añado–, pero lo hacemos por vosotros». «Os podéis quitar la mascarilla al aire libre; volveos a poner la mascarilla. Os podéis volver a quitar la mascarilla».  

«No podéis ir al funeral de vuestros seres queridos, pero nosotros hemos sido pillados en restaurantes y en reuniones comiendo juntos» -¿verdad Sr. Ábalos?-.

«Tenemos una vacuna, ponéosla, es eficaz. Bueno, quizás no es tan eficaz como decíamos, lo siento, os tenéis que volver a vacunar, los efectos de la vacuna sólo duran seis meses -ahora se dice que los de la tercera dosis sólo diez semanas-. No os vamos a decir el contrato que tenemos con las farmacéuticas. Confiad en nosotros, lo hacemos por vuestra salud».

«Tranquilos, las vacunas no tienen efectos secundarios. Bueno, quizás las vacunas sí tienen algunos efectos secundarios. Tenéis que ayudarnos de nuevo, hay contagios, debéis cerrar los  restaurantes y el ocio nocturno, son un foco de contagio. Tranquilos, el Metro y los centros comerciales, no lo son».

 «Los niños no contagian… Los niños sí contagian. Tranquilos, no tenéis que vacunar a los niños… los niños se tienen que vacunar». Ahora insisten con la barbaridad de vacunar a todos los niños entre 5 y 11 años, ante lo que el ya famoso doctor Carballo, destacado defensor de las vacunas, dice que no vacunará a sus hijos «por el momento» porque lo considera «temerario», creo que dijo.

«Volved a abrir los restaurantes. Volved a abrir el ocio nocturno… Ahora, volvedlo a cerrar. Volved a abrir los restaurantes al 50%. Volved a cerrar el ocio nocturno. Cerrad los espectáculos, reducir el turismo».

«Sabemos que muchos de vosotros os vais a quedar sin trabajo, pero aguantad, por favor, ayudadnos».

«Necesitamos un pasaporte COVID para que accedáis a los sitios. Sabemos que va a coartar vuestros derechos y libertades, pero es necesario, lo hacemos por vosotros. Ahora que ya tenéis el pasaporte COVID, vamos a volver a cerrar el ocio nocturno y parte de la restauración. Gracias por ayudarnos, nos gusta ver un pueblo unido». ¿Para qué un «pasaporte» que sólo dice que alguien se “vacunó” pero no garantiza que uno, dos o tres meses después de  la expedición, el portador no sea vehículo del virus?, pero eso no importa, se exige y, subliminalmente, se fuerza al pinchazo. Otra no menos famosa seguidista y casi siempre en las teles amigas, conocida como Boticaria García, dice ahora que «Aunque des negativo en un test de antígenos, no tienes ninguna garantía de que no estés contagiado». ¿Pero no inmunizaban las “vacunas”? ¡Ah!, vale, que ya sólo “protegen”… un poco. «Lo sentimos, no hemos cumplido nuestra promesa. No hemos invertido en Sanidad. A cambio de vuestra ayuda os vamos a subir el precio del alquiler, de la vivienda. Os vamos -os hemos, mejor dicho- a subir el precio de la luz, el precio del gas, el precio de la comida… Vamos a subir la tarifa de autónomos, no vamos a subir vuestros sueldos, pero lo hacemos por vosotros, nos importan vuestra salud y bienestar». Y nos engañan con las pensiones, que suben el 2’5% con una inflación ya del 6’7% –“subirán con el IPC”, repetía el chulo de la Moncloa.

«¡Ah!, por cierto, vienen Navidades, volveos a poner la mascarilla y… ¡Feliz Navidad!». Y de nuevo apareció el showman Pinocho anunciando su «obligatoriedad con excepciones -deporte o en el campo-«, pero el BOE del 23 de Diciembre de 2021 al día siguiente que: «…salvo en exteriores, siempre que no se pueda garantizar una distancia de seguridad de 1’5 metros». Mintió de nuevo.

Pero como la memoria del pueblo es corta y la capacidad de análisis menor si cabe, lo que interesa es que el miedo sea lo que domine y se olvidan noticias como las que recuerdo a continuación:

ABC, 20 de Enero de 2005: «La gripe alcanza cifras históricas de infectados, satura hospitales e incrementa la mortalidad» y añadía: «La mortalidad en Barcelona ha subido un 45,5% respecto al pasado año, aunque la Generalitat advierte que no pueden atribuirse a la gripe todas las muertes». Ahora, desde Marzo de 2020, la «consigna» parecía ser que «todas las muertes son POR -no CON- COVID«. Por cierto, parece que con dotación pública generosa a los hospitales por altas de COVID frente a otras causas. Añadía ABC: «Camas de pediatría para adultos, intervenciones de menor riesgo suspendidas, camas cruzadas…» ¿nos suena? Y, «De momento, la gripe alcanzó la pasada semana su pico máximo, con un total de 540,01 casos por cada 100.000 habitantes, es decir, durante los días comprendidos entre el 9 y el 15 de enero infectó a unos 230.000 españoles» y en particular, «Aragón es una de las Comunidades más afectadas, con 836 por cada 100.000». Aún más: «La virulencia de la gripe de este año ha alcanzado cifras históricas y desconocidas desde 1995 y está elevando las cifras de mortalidad, principalmente entre ancianos y enfermos crónicos». Por último que «En Cataluña la epidemia de gripe mantiene al sistema sanitario en jaque, las urgencias de muchos hospitales están colapsadas y los ambulatorios ya han atendido a 2,5 millones de personas por gripe», con un «espectacular aumento de la mortalidad… La pasada semana, en Barcelona se incrementó en un 45,5% respecto al mismo periodo del año pasado y pasó de 378 defunciones por semana a 550».

No es menos interesante éste otro de la Cadena SER del 12 de Enero de 2018 (https://cadenaser.com/ser/2018/01/12/sociedad/1515760457_672888.html):  «La epidemia de gripe mantiene saturados 60 hospitales de toda España«. Según el sindicato SATSE: «Todavía falta una semana para alcanzar la alerta máxima de la epidemia de gripe y ya son casi mil los hospitalizados graves –912– y 86 los fallecidos, 33 más que hace un año», y su portavoz, Mar Rocha, denunciaba que «Actualmente rondamos los 60 centros hospitalarios saturados en toda España» y «Un año más la campaña de gripe parece que pilla con el pie cambiado a las autoridades sanitarias que no han tomado las medidas adecuadas; ni de plantilla ni de apertura de camas».

Y parece que tampoco se recuerda ya lo que recogía Redacción médica el 15 de Septiembre de 2017: “El Consejo de Colegios Profesionales de Enfermería de Castilla y León ha emitido un comunicado en el que hace un llamamiento a sus colegiados para que dejen de administrar vacunas que no hayan sido prescritas previamente por el médico, ya que de hacerlo podrían estar vulnerando la legalidad al incurrir en un delito de intrusismo profesional”.

Y como estamos de balance de fin de año y con un par de días de fiesta, dejo algunos enlaces para quien quiera reflexionar algo más. Primero un artículo Voz Ibérica del día de Nochebuena: Segundo, el que Expansión no le quiso publicar a Fernando del Pino Calvo-Sotelo después de diez años haciéndolo, a mi juicio muy interesante. Tercero y último, la entrevista de mi amigo Josep Mª Francás al doctor Luis Miguel Benito que afirma que «La vacuna imprescindible es la vacuna contra el miedo», que comparto y en la línea de lo que subtitulaba el antes citado Fernando del Pino su documento «Superstición y Ciencia en el COVID»: “El antídoto del miedo es el conocimiento”, parafraseando al estadounidense Ralph Waldo Emerson (Siglo XIX): «El miedo siempre brota de la ignorancia», que también dijo algo que podemos aplicar sin riesgo a lo que vivimos hoy: «La gente sólo ve lo que está dispuesta a ver» –por la tele. Quienes sean que montaron esto han encontrado la veta del filón y no van a abandonarla fácilmente. El miedo guarda la viña de la cosecha farmacéutica y sus cuentas engordan mientras aumenten las dosis. Y sus socios, que son los mismos, parece, aplauden con las orejas el rebaño conseguido, sin inmunizar por muchos pinchazos que se dé.

Y hablando de balance, dejo el resumen de los 22 meses de “pandemia”, según datos del CSSE de la Johns Hopkins University, a las 18:22 del 31 de Diciembre de 2021: 287.316.743 personas contagiadas, 3’66% de la población mundial (7.481 millones), de las que fallecieron, supuestamente POR COVID, si no CON COVID que sería muy probable ante la inseguridad de las PCR y los tests de antígenos, 5.433.370, el 1’89% de los “contagios”, que representan el 0’069% de la población. ¿Se justifica “vacunar” al 100% de la Humanidad, niños incluidos? Ahí dejo de nuevo la pregunta.

Y acabó el año como empezó, con los shows televisivos de Falconeti para contarnos sus fantasías, que no se cree ni él, aunque en esta ocasión voy a estar de acuerdo con algo de lo que dijo –me lo haré mirar, lo prometo–. Se trata de su consejo de cuidar la “salud mental”, algo digno de compartir si se tiene en cuenta que, después de las Farmacéuticas, laboratorios y sus socios  y del  gran aumento del índice de “PANDEMIENTES”, la actividad profesional que más ha crecido durante el último año parece que ha sido la de las consultas a psiquiatras y psicólogos. Pero volvió a mentir en su promesa de “este año los españoles pagarán por la luz lo mismo que en 2018”, demostrando de nuevo que nos toma por tontos con este nuevo insulto a la inteligencia: “Descontando el IPC, obviamente, los españoles han pagado lo mis que en 2018”, o sea, que descontando lo que ha subido la luz que es lo que ha disparado principalmente ese IPC al 6’7%, cuesta lo mismo. “Genial”.

Y mientras las encuestas más fiables dan una mayoría clara del PP, que con la suma de VOX –espero que la menor posible– podría ser absoluta si uno y otro no desbarran demasiado, el sátrapa de la Moncloa y sus huestes se frotan las manos con ese potencial “socio”. Dicen que «tienen la campaña hecha» porque «VOX es un partido populista, extremista y antieuropeista, que conecta con movimientos consolidados en otros países como Francia o Austria». Una afirmación con la que podría estar de acuerdo, pero le respondería al presimiente y a esa «lumbrera» de jefe de gabinete que es Óscar López, el de “sí hay dos sin tres”: ¿Acaso Podemos no responde a esas tres condiciones y conecta con Cuba, Venezuela, Bolivia, El Salvador, Argentina… y, últimamente con Chile? Digo yo que esas conexiones son bastante más perjudiciales para un país que la potencialidad de unos movimientos en Europa que, de momento, sólo han expresado intenciones ante la socialdemocracia –tal vez un poco más decente que la nuestra– imperante en buena parte del viejo continente. Como muestra los totalitarismos comunistas sudamericanos de los países antes citados y algunos más.

¡FELIZ AÑO NUEVO! Que las elecciones de Castilla y León y Andalucía, propicien adelantar las generales. A ver si los Reyes… Magos, ayudan. De los otros espero poco. Me conformo con que sigan.

Antonio De la Torre, licenciado en Geología, técnico y directivo de empresa. Analista de opinión

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