La violencia callejera defendida, apoyada y amparada por los amigos de esta lucha con Podemos, partido cogobernante en coalición con PSOE, a favor, dicen, del rapero Hasel, ha llegado también a estas tierras navarras.
Violencia estratégicamente organizada y con respuestas oficiales y gubernamentales que aparentan división en ese Gobierno.
Violencia de apoyo al rapero que saquea y comete actos vandálicos por quinta noche consecutiva, ataca a los policías y maltrecha la convivencia ciudadana en la calle.
“La democracia nunca jamás ampara la violencia“, dijo el presidente Sánchez tres días después de que comenzarán los graves altercados y disturbios. Sin más. Sin condena de la “kale borroka” que durante las últimas noches está atacando distintas ciudades de nuestro país ni apoyo expreso a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Loada libertad de expresión, mas bien, debería decirse ultrajada libertad de expresión. Porque mira que se utiliza mal, rematadamente mal, la libertad de expresión.
La libertad, es responsabilidad, y, además, termina cuando empieza la del otro. Y esto ni el famoso rapero, ni los podemitas, ni los “energúmenos” de la lucha callejera lo saben, o, mejor dicho, no quieren saberlo.
Algo falla cuando se consienten tamañas acciones.