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La rehabilitación de un antiguo establo en desuso reconvertido en vivienda en Bidaurreta obtiene el II premio Biziberri
La rehabilitación de un antiguo establo en desuso ubicado en la localidad de Bidaurreta y su conversión en una moderna vivienda de dos plantas por parte de una pareja que, de esta manera, optó por irse a vivir al medio rural ha resultado ser finalmente el proyecto que ha obtenido el reconocimiento a la mejor rehabilitación en la segunda edición del premio Biziberri. La pareja promotora de este proyecto, formada por Estitxu García e Iñaki Ciriza, ha recogido hoy de manos del vicepresidente y titular de Vivienda del Gobierno de Navarra, José Mª Aierdi, y del director general Eneko Larrarte la placa que simboliza este galardón que se entrega cada dos años para poder colocarla en el edificio como un reconocimiento de buenas prácticas en materia de rehabilitación.
En un reducido encuentro de seis personas que se ha celebrado en el Palacio de Navarra, que esta ocasión –dadas las circunstancias del Covid-19- ha sustituido a un acto social alrededor de los premios Biziberri que sí se produjo en la pasada edición hace dos años, el vicepresidente Aierdi ha destacado que el proyecto de Bidaurreta “representa perfectamente el espíritu que promueve Biziberri para recuperar nuestro patrimonio construido y hacer de la rehabilitación una palanca que dota de vida y alma a nuestras ciudades, barrios y pueblos”. Además, también ha subrayado que en esta ocasión se da la circunstancia de que “se premia una apuesta personal por volver a vivir en el entorno rural y de nuestras anteriores generaciones, en pequeñas localidades actualmente amenazadas por el fenómeno de la despoblación”.
La intervención de Bidaurreta era uno de los proyectos que optaban al premio bienal Biziberri, junto con otras seis propuestas que fueron seleccionadas el pasado mes de octubre por las Oficinas de Rehabilitación de Viviendas y Edificios (ORVE) entre más de 2.000 expedientes tramitados en estos dos últimos años, desde la pasada edición en noviembre 2018. El proyecto ganador de esta segunda entrega ha consistido en la recuperación de un establo aprisco de más de un siglo de antigüedad, propiedad de la familia de la pareja que ha acometido su rehabilitación y hasta ahora en desuso.
“El papel que asumen las personas promotoras”
Iñaki Ciriza y Estitxu García hicieron una apuesta personal por trasladarse a vivir al medio rural, concretamente a Bidaurreta, una pequeña localidad de 170 habitantes en la Comarca de Pamplona y apenas a 20 kilómetros de la capital navarra, y acompañados y asistidos por la ORVE de Burlada en el expediente de rehabilitación protegida con un 30% de ayudas sobre un presupuesto subvencionable de 80.000 euros, decidieron recuperar este antiguo establo y convertirlo en su vivienda habitual. El proyecto ha sido diseñado por el arquitecto Ramón Andueza y su interior acondicionado por el decorador Ignacio Beloqui, quienes también han asistido hoy a la entrega del premio junto con la pareja promotora.
El vicepresidente Aierdi ha agradecido su esfuerzo a la pareja ganadora por su apuesta personal y la importante inversión que asumieron para recuperar esta casa de Bidaurreta y ha puesto en valor “el importante papel que asumen las personas promotoras o las comunidades en proyectos de rehabilitación, que con su labor de recuperación de edificios en desuso o de mejora de la ciudad construida contribuyen a la regeneración urbana de barrios y pueblos y a desarrollar un urbanismo más humano y social como alternativa a las nuevas expansiones residenciales en las periferias”.
Asimismo, el consejero ha destacado el papel que desempeñan las y los profesionales de las nueve ORVE y oficinas de Nasuvinsa distribuidas por toda la geografía navarra (en Pamplona, Tudela, Burlada, Estella, Tafalla, Sangüesa, Aóiz, Santesteban y Lacunza) en las labores de asesoramiento, asistencia técnica y acompañamiento en toda la tramitación de los expedientes de rehabilitación protegida y de las subvenciones que concede el Gobierno de Navarra, entre el 20% y el 40% del presupuesto, y a partir de este año con ayudas complementarias para envolventes térmicas de edificios de vivienda colectiva. “Las y los técnicos de las ORVE son en realidad quienes llevan a pie de calle toda la estrategia de rehabilitación y regeneración urbana y quienes ofrecen una atención personalizada y de cercanía a las personas y comunidades promotoras”.
Los otros seis proyectos finalistas
Los otros seis proyectos finalistas en esta segunda edición del premio Biziberri han sido la reconversión en vivienda de una antigua cuadra en Abaurrea Alta; la restauración de una casa de piedra en el núcleo urbano de Etxalar; la reconstrucción de un caserón datado en el año 1800 en la localidad estellesa de Olejua; la rehabilitación integral de un edificio del Casco Antiguo de Tudela y dos rehabilitaciones con envolvente térmicas de edificios en sendos bloques de vivienda colectiva en el barrio pamplonés de la Txantrea y en la localidad de Leitza.
La finalidad de la iniciativa de Biziberri/Navarra Rehabilita es premiar rehabilitaciones protegidas que destaquen por su especial singularidad, entre las llevadas a cabo en la Comunidad Foral con ayudas públicas durante los dos últimos años, y reconocer o visibilizar el trabajo y esfuerzo de las personas promotoras, arquitectas y técnicas que posibilitan la mejora del parque residencial y, con ello, contribuyen a fomentar la recuperación del tejido urbano de pueblos y ciudades.
En la primera edición del premio en 2018, el galardón fue para Beatriz Anaut Fuertes por la creación de una nueva vivienda a partir de un antiguo almacén y corral, datado en el año 1900, ubicado en la localidad de Garde.