Nieves Ciprés
De nuevo, mañana Sánchez lleva al Congreso una 5º prorroga de estado de alarma, controvertido, sin sentido, pero con negociados apoyos políticos. Lo impone para un mes, de tirón, no cada 15 días. Bueno, hay que añadir que no, que… al final lo pide para 15 días, que Arrimadas dice que así lo apoya otra vez.
Ahora con el apoyo de los nacionalistas y republicanos que le auparon a ser presidente y al Gobierno PSOE-Podemos.
Y el 30 de junio se cierra el Congreso por vacaciones. O sea que podríamos encontrarnos en estado de alarma hasta octubre. Hecho que todavía no ha puesto encima de la mesa la oposición.
Y dentro de este estado, la maraña de medidas y contramedidas.
En menos de 24 horas, hasta tres veces, ha cambiado el criterio sobre las rebajas, para, al final, alentar una campaña comercial y de consumo, en unos hogares que distan mucho de ser lo que eran hace más de dos meses.
Una “desescalada asimétrica» donde las haya. Unos en fase dos (o tres), otros de fase uno (o dos), otros en fase 0,5 (o 1,5) y otros en fase 0 (o en 1). Puro desconcierto y desestabilización.
Cambios en la contabilización de datos que, sorprendentemente, orientan la subida o bajada de los mismos, según objetivos e interés.
Pero el malestar ya no es sólo político, es ciudadano y no de los “pijos” como decía el señor Rufián.
En las calles de las ciudades, las caceroladas-protesta ¡Gobierno dimisión! de las 9 de la noche, van en aumento. Incluso en Navarra, frente a la sede de PSN. Aunque, ¡cuidado!, que pueden volverse como un boomerang ¿recuerdan aquello de las “banderas en los balcones”? allí quedó.
Pero si algo ha resultado bochornoso es que se haya permitido exaltar y apoyar al terrorista de ETA que asesinó al concejal de UPN, Tomás Caballero, ante el silencio del Gobierno de Chivite o Sánchez.
Eso sí, en el parlamento manifiestan su repulsa con NA+ y sin el voto de Bildu, el que apoyará el estado de alarma.
Y sino es Sánchez o Simón, es uno de sus ministros. Siempre hay alguno que tira la piedra y el Gobierno esconde la mano.
El de Consumo, señor Garzón, atacaba a una de nuestras líneas de flotación económica: el turismo, afirmando que “es de bajo valor añadido”. Declaraciones que hacen temblar a la economía de España y motivo que llevó al sector a pedir su dimisión, pero na de na.
En definitiva, este estado de alarma va en “desescalada” hacia la “nueva normalidad”, en el que aumentan los casos y sólo entre el 5 y 6 % son inmunes en el estudio de seroprevalencia. Y el número de niños afectados crece.
Y es que pretender avanzar a la par que Europa en este proceso, no es la solución, puede ser el problema. El Gobierno de España fue descuidado, antes y después de la pandemia, declaró un estado de alarma con una gestión nefasta, engaños, contrariedades y contradicciones, aumento de casos y abandono de sus mayores. Lamentablemente, el virus ha matado a muchos, siendo España el quinto país con más víctimas en el mundo, con 27.709 decesos y el tercer país con más contagios (278.188, incluyendo los positivos por test de anticuerpos). Además mantiene la tasa de sanitarios contagiados más alta del mundo.
Entre tanto, mientras las encuestas dan al PP subida en votos y escaños, en detrimento de Cs y Vox, sigue rondando la amenaza de la moción de censura contra Ayuso, la que se anunció tras el apoyo de Arrimadas a la 4ª prórroga.
En cualquier caso, el nuevo estado de alarma, sale adelante. Con responsabilidades, responsabilidades que dejan un futuro… incierto, al albur de una “dictadura” encubierta en un estado de alarma.
Nieves Ciprés, periodista
