¡A buenas horas!, expresión utilizada para criticar a quien hace algo tarde y en algunos casos mal, debería aplicarse a la Audiencia Nacional de este país.
Porqué poner en tela de juicio el ospa eguna, celebrado en la localidad navarra de Alsasua, este pasado mes de agosto, en noviembre, tres meses después, e inhibirse, a continuación, en los propios juzgados locales de dicha localidad, hace pensar en la inutilidad de tal decisión de la judicatura.
Debe recordarse que, desde hace ya unos cuantos años, el llamado ospa eguna sólo tiene un objetivo, pedir la expulsión de la Guardia Civil de Navarra por considerar a este Cuerpo de Seguridad del Estado, un elemento represor. Este año, además, de las pancartas con frases «fuera de aquí», «a casa (con fotos de etarras)», «fascistas fuera de aquí», se acusó de tortura.
Ese día se atacó, dialécticamente y de forma despectiva y represiva, a la Guardia Civil en palabra, pensamiento y obra. No debería haberse permitido.
Ahora, tres meses después, criticar lo sucedido sin imponer ningún castigo no vale ahora dictar sentencia judicial. Es demasiado tarde. La justicia no funciona.