El cantaor José Mercé durante el concierto. EFE/Marcial Guillén
José Soto Soto, José Mercé, ha vuelto a las tablas del Antiguo Mercado Público de La Unión para convencer con una actuación en la que ha solventado con maestría todos los palos tradicionales del flamenco, en una gala donde ha compartido protagonismo con el cantaor onubense Jeromo Segura
Tres años después de su última actuación, que supo a poco por su brevedad y en la que recibió el Carburo de Oro, el jerezano se ha redimido en la penúltima gala del LIX Festival Internacional del Cante de las Minas, enmarcada en el espectáculo «Mercé Flamenco».
Acompañado a la guitarra por Antonio Higuero, Mercé ha hecho un alto en el camino en la gira que está realizando en 2019 junto al guitarrista Tomatito, en base al disco firmado por ambos, «De verdad», y ha arrancado la actuación en La Unión con unas malagueñas y su famosa soleá «Pena no tengo ninguna».
Tras pedir que no se pierda «nunca» el cante jondo, Mercé ha continuado por una bien resuelta siguiriya, que ha dedicado a sus «amigos» de la Peña El Taranto, que ha precedido a una sucesión de alegrías, que ha levantado los olés del público.
El derroche del jerezano ha salido a relucir con unas bulerías en las que se ha lanzado a cantar sin micrófono y a ejercer de bailaor improvisado entre los ánimos del público, que han coreado con Mercé uno de los éxitos que le colocó más allá del espectro del cante jondo, su archiconocida «Aire».
La gala empezó con uno de los triunfadores del concurso en ediciones anteriores, Jeromo Segura, que se alzó en 2013 con la Lámpara Minera, el máximo galardón del Cante de las Minas, y que ha vuelto al escenario de la Catedral del Cante, donde ha considerado un «honor» participar en una gala del certamen que le cambió su «vida» y su «carrera».
Acompañado a la guitarra del solvente Manuel de la Luz, el cantaor onubense ha comenzado la actuación con la alegría «Envejece sin arrimo», incluida en su último disco, «Lo que yo quería», que completa la tetralogía de su discografía, formada por «Oro viejo» (2012), «La Voz de la Mina. Antología de los cantes mineros de La Unión» (2014) y los ‘Romances del Alosno’ (2016).
Segura ha demostrado que se encuentra en un estado de madurez con este trabajo, producido por Juan Carlos Romero, apostando por la versatilidad con la instrumentación y la apostura con los matices, tan variados, que le ayudan a proyectar con generosidad y enjundia su contemporánea apuesta, como ejemplifica la guajira del eje Escacena, en homenaje a Valderrama y Marchena.
El onubense ha dedicado gran parte de su concierto a desglosar las canciones del último disco, como la copla por bulería «Toma mi sombrero», su versión por bulerías del tango argentino «Cuesta abajo», de Carlos Gardel, que ha dedicado al maestro unionense Pencho Cros, y dos mineras, que ha dedicado a «este bendito pueblo» de La Unión.
La jornada del lunes comenzó con el curso de verano de la Universidad Internacional del Mar «El Cante de las Minas y el trovo», dirigido por José Francisco Ortega. Entre los docentes del curso, María José Pérez, Lámpara Minera 2015, y Antonio Ayala «El Rampa», Lámpara Minera 1996.
También comenzaron los cursos: Intensivo de Cajón, a cargo de Pepe Abellán, el Seminario Internacional de Baile Flamenco, a cargo de Lucía Campillo, y la clase maestra de guitarra (perfeccionamiento y acompañamiento al cante), a cargo de Antonio Muñoz.
Además, la Casa del Piñón ha acogido la presentación del libro «¡En er mundo! De cómo Nueva York le mangó a París la idea moderna del flamenco», de José Manuel Gamboa, mientras que Salvador Saura ha impartido la conferencia «La historia del festival del cante minero. Una historia alucinante».
Finalmente, se ha entregado a título póstumo los galardones Pencho Cros de Periodismo a los fotógrafos Pepe Albaladejo y Pedro Valeros, fotógrafos habituales del festival en las últimas décadas. EFE
Pedro Lizarán.
