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Prisión sin fianza por homicidio o asesinato para el detenido en San Jorge

El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Pamplona ha decretado el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, por un delito de homicidio o asesinato, para el investigado por el crimen perpetrado el domingo en el barrio pamplonés de San Jorge.

Así lo recoge el auto del juez de guardia, ante quien hoy ha declarado el hombre de 38 años, Moisés F.Ch., detenido el domingo tras atrincherarse durante seis horas en su domicilio, poco después de que la policía acudiera al garaje del edificio y encontrara un cadáver, alertada por un vecino al ver manchas de sangre en el ascensor.

El juez encuentra «indicios racionales» de que el detenido acudió el pasado domingo entre las 13:00 y las 14:00 horas al domicilio de su suegro, Juan Vázquez, y, por motivos que aún no están aclarados, «le golpeó repetidamente en la cabeza con los puños, los pies y muy posiblemente con un martillo de los usados para fracturar los cristales de los vehículos».

Así le causó unas «gravísimas lesiones» consistentes en un traumatismo craneofacial masivo «con gravísimo destrozo de la cara» que le provocó una hemorragia cerebral que le causó la muerte.

Después, el investigado arrastró el cadáver desde el piso de la víctima hasta el ascensor del inmueble, en el que bajó hasta el garaje comunitario, donde arrastró el cuerpo hasta un vehículo de su propiedad aparcado allí, «presuntamente con intención de deshacerse del cadáver».

Dejó el cuerpo del padre de su pareja sentimental al lado del vehículo que pensaba utilizar y volvió sobre sus pasos para intentar limpiar los restos de sangre que el cadáver había dejado en el piso donde ocurrieron los hechos y en las zonas comunes por donde éste fue arrastrado.

Sin embargo, unos vecinos advirtieron las manchas de sangre en el ascensor y avisaron a la policía, tras lo que Moisés F.Ch. se refugió en su domicilio, en el quinto piso del mismo inmueble -su suegro residía en el primer piso-, y se negó a salir hasta que, pasadas varias horas y cuando se constató que se encontraba solo y que no tenía intención de abandonarlo, la policía accedió por la fuerza a su interior y lo detuvo.

El juez, quien ha levantado el secreto de sumario que decretó tras la detención del presunto asesino, constata en el auto que el detenido reconoció al día siguiente, durante la reconstrucción de los hechos, la autoría de la muerte de Juan Vazquez mediante múltiples golpes en la cabeza.

Esto «concuerda totalmente con los resultados provisionales de la autopsia del cadáver, que presentaba unos gravísimos destrozos faciales que solo se pueden causar con golpes sumamente violentos y repetidos, sin que pueda descartarse el uso de algún tipo de elemento contundente», como el martillo que se encontró en el lugar.

Un primer análisis de la policía científica, aprecia en este martillo restos de sangre en sus dos extremos, «a pesar de haber sido aparentemente limpiado antes de realizarse la inspección ocular en la que fue recogido».

Los hechos, según el juez, podrían constituir un delito de homicidio -castigado con pena de diez a quince años de prisión-, y también de asesinato -castigado con pena de hasta veinticinco años de prisión-, «pues la intensidad y pluralidad de golpes sufridos por la víctima claramente habrían causado a éste un dolor muy intenso», innecesario para causar la muerte de la víctima, lo que podría constituir la agravante de ensañamiento.

También aprecia el juez como «muy probable», a la vista de los informes preliminares del médico forense y dadas las lesiones provocadas a la víctima, que los golpes se dieran cuando la víctima ya se encontraba en el suelo inconsciente o semiinconsciente y, en consecuencia, sin posibilidad de defenderse, lo que podría integrar la agravante de alevosía.

El titular del juzgado, a la vista de todo ello, considera «completamente imprescindible» la medida de prisión para asegurar la presencia del imputado en el proceso, «pues la gravedad de las penas que pueden imponerse al investigado, la pluralidad y contundencia de los indicios existentes contra él y su nulo arraigo laboral y escaso arraigo familiar» aumentan el riesgo de que pueda sustraerse a la acción de la justicia. EFE

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