El multimillonario cubanoestadounidense Roberto Polo proyecta instalar en Toledo y Cuenca su colección de 7.000 obras desde las vanguardias históricas hasta la creación actual
El coleccionista cubano-estadounidense Roberto Polo, anónimo a pie de calle pero legendario en el olimpo del arte, se convertirá en el nuevo gran mecenas de España al ceder 7.000 obras para que roten por las ciudades castellanomanchegas de Toledo y Cuenca a partir de 2018.
«No soy una persona extraordinaria como el barón Thyssen, que podía gastar cantidades muy grandes de dinero para comprar arte y era asesorado por los demás. Yo me he asesorado a mí mismo», explica el galerista en una entrevista con Efe en su residencia en Bruselas.
Polo (La Habana, 1951) es un hombre accesible y sonriente que explica, con ecos estadounidenses, italianos y franceses en su acento cubano, que siempre admiró a los Rockefeller, los grandes financieros y filántropos del siglo XX.
“He creado nuevas corrientes de arte antiguo y de arte nuevo en el mercado. He puesto de moda artistas que habían caído en el olvido y que hoy en día son muy caros. Eso lo hago desde que tengo veintipico de años”, prosigue sentado junto a su perro, Otello.
El coleccionista, que proviene de una familia de industriales cubanos que dejó la isla en 1961, pasó por Perú y se instaló en Miami, obtuvo una beca a los 14 años para estudiar pintura en la Escuela de Arte Corcoran de Washington. A los 16 se convirtió en profesor, se matriculó en Historia del Arte y Filosofía y más tarde concluyó su formación académica en la Universidad de Columbia de Nueva York.