El miembro de ETA Jagoba Codo Callejo. EFE/Archivo
El juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional José Luis de Castro ha concedido el segundo grado penitenciario al etarra Jagoba Codo, después de que haya renunciado a la «lucha armada» en un escrito en el que, pese a hablar del «dolor ajeno», muestra «cierta equidistancia» hacia las víctimas.
En atención a ese escrito, Castro estima en un auto el recurso del etarra, preso en la cárcel de Castellón II y cuya condena quedará extinguida en mayo de 2021, contra la decisión del Centro Directivo de mantenerle en primer grado penitenciario, que consiste en un régimen cerrado.
El juez tiene además en cuenta la propuesta de la Junta de Tratamiento que valora la evolución del interno y considera que se pueden dar pasos para la obtención de vías de reinserción.
Como prueba de ello, el auto destaca el escrito que adjuntó el preso etarra en su recurso: «todos tenemos el derecho y el deber de recordar, homenajear y llorar a los suyos, nadie es ajeno al dolor, ni al sufrido ni al causado y penalmente lo estoy pagando» y finaliza renunciando «a la utilización de la lucha armada».
El juez observa que, si bien «el escrito del interno guarda cierta equidistancia con las víctimas a las que ni siquiera menciona, más allá de la fórmula genérica del «reconocimiento de dolor ajeno», hay que valorar que renuncia a la «lucha armada».
Ello unido a la ausencia de sanciones, al abandono de una actitud beligerante hacia la Administración Penitenciaria y al cumplimiento que ha hecho ya de las tres cuartas partes de la condena, le ha permitido finalmente acceder a ese segundo grado penitenciario.
Según el colectivo de apoyo a los presos de ETA, Codo se encontraría gravemente enfermo. Sin embargo, el auto no hace referencia en ningún momento a esa circunstancia.
El etarra fue expulsado de México en 2001 por estancia irregular tras ser detenido por la Policía de ese país en la ciudad de Monterrey, donde residía irregularmente. NAVRA INMACIÓN/ EFE
