Tras las reuniones de las ejecutivas del PP y PSOE, la situación es la misma que la generada en el 26 J y ambos mantienen su postura. El PSOE refrenda la postura de no apoyar a Rajoy y el PP da el «carta blanca» a las negociaciones de Rajoy con Ciudadanos, negociaciones que por otra parte ya estaban iniciadas.
El PSOE está manteniendo su coherencia, la misma que mantuvo en las elecciones del pasado 20 de diciembre. No a la investidura de Rajoy. Y es de respetar esta coherencia y su decisión.
Sin embargo, cabría la posibilidad política de ceder su abstención para que saliera investido el candidato del partido más votado (PP), para luego liderar la oposición socialdemocráta con un proyecto de país reconocible alejado de las tentaciones rupturistas con referendos secesionistas y posturas totalitarias de la extrema izquierda de Pablo Iglesias y Podemos.
Cada vez son más visibles unas terceras elecciones ante la imposibilidad de que se pueda conseguir no ya un gobierno sino una investidura.
Sánchez, Rivera e Iglesias son candidatos nuevos. Rajoy es candidato al que le pesa, los años al frente del PP y la corrupción.
Si el candidato del PP fuera otro ¿la situación actual sería la actual?