El juicio del caso «Vatileaks2» que se celebra en el Vaticano volvió hoy a ser aplazado hasta el 24 de mayo ante las nuevas pruebas presentadas sobre la filtración de documentos reservados a los dos periodistas imputados.
El presidente del Tribunal vaticano, el juez Giuseppe Dalla Torre, decidió dar tiempo a los abogados de los cinco imputados y al promotor (fiscal) para que pudieran reorganizar su defensa o presentar nuevas pruebas tras las sorprendentes revelaciones que surgieron en la audiencia de ayer.
Sobre todo porque las pruebas que presentó el comisario de la Gendarmería vaticana Gianluca Gauzzi, quien se ocupó de analizar el ordenador y los dos teléfonos móviles del secretario de la extinta Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (COSEA), el español Lucio Vallejo Balda, no se encontraban en el sumario.
Gauzzi fue llamado a declarar como testigo por parte del fiscal vaticano al haberse ocupado del «análisis forense informático» de los teléfonos y el ordenador.
De esta pericia, que no se había incluido en el sumario, se pudo reconstruir cómo funcionaba el sistema informático creado por COSEA para salvaguardar sus documentos y por el que Corrado Lanino, el marido de la también imputada y miembro de este organismo, Francesca Chaouqui, cobró 110.000 euros.
Pero sobre todo, de la declaración de Gauzzi surgieron pruebas que acusan directamente a Chaouqui y a uno de los periodistas imputados y autor del libro «Avarizia», Emiliano Fittipaldi.
Gauzzi leyó en la pequeña sala del Tribunal vaticano los correos electrónicos que Chaouqui enviaba a Vallejo y al otro imputado Nicola Maio, un administrativo de la COSEA.
En ellos, la relaciones públicas, que al octavo mes de embarazo ha asistido a todas las audiencias, incluía mensajes con tonos de revancha.
Asimismo adjuntaba las anticipaciones de los reportajes sobre el Vaticano que el también acusado y autor del libro «Avarizia», Emiliano Fittipaldi, iba a publicar en «L’Espresso», el semanal para el que trabaja.
«Chaouqui gana a Bertone 1-0», así terminaba la relaciones públicas italiana un correo enviado a Maio y Vallejo el 3 de julio de 2014 y en el que adjuntaba el reportaje de investigación de Fittipaldi.
En ese reportaje se acusaba al cardenal exsecretario de Estado Tarcisio Bertone de ser quien creó las falsas noticias sobre el director del diario «Avvenire» Dino Boffo, quien acabó despedido.
Los correos de Chaouqui contenían además frases con la etiqueta (hashtag) como «#hastaquelasovejasseconviertanenleones» o «#aporelsiguiente» y mensajes como: «el dolor es grande, pero volveremos más fuertes que antes porque somos los justos».
Gauzzi citó varios correos enviados a Vallejo y Maio y donde Chaouqui había adjuntado los archivos PDF de los artículos de Fittipaldi siempre sobre asuntos vaticanos y que publicaría posteriormente en «L’Espresso».
En uno de ellos, del 26 de febrero de 2014, escribía: «Lo más importante es haber sabido renunciar en el momento justo para quedar libres y que todo pase y así quizá una esperanza la tendremos aún» y adjuntaba el artículo de Fittipaldi del título: «Santa Romana Compra» que saldría publicado el 5 de marzo.
En este reportaje, Fittipaldi incluía las cifras de las entradas en las arcas del Vaticano relativas a 2012 y que según Gauzzi era material que poseía Vallejo Balda.
El proceso, que se esperaba terminase ya a finales de mayo, se reanudará así el 24 de este mes y queda aún por escuchar a uno de los gendarmes llamados a declarar y a los dos peritos que se han ocupado de las pericias informáticas que pidieron los abogados defensores. EFE
