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Diez premisas para liberarte del “perfeccionismo” y consolidar tu identidad

Diez premisas para liberarte del “perfeccionismo” y consolidar tu identidad

¿Te cuesta reconocer tus cualidades? ¿Te da miedo expresar las emociones? ¿Te comparas con los demás? ¿Te sientes a menudo culpable? Entonces es posible que te veas presionado a actuar de una forma que no eres, por miedo a no ser el “top 10” que te pide la sociedad. El nuevo libro de Walter Riso te enseña a liberarte de los mandatos irracionales para ser más feliz

Si desde que eras pequeño tus padres han intentado hacer de ti “el hijo perfecto” es posible que hayas pasado cada día, desde entonces, intentando llenar esas expectativas perfeccionistas para no decepcionarlos.

Pues no, no es posible alcanzar ese “top 10”. Walter Riso, terapeuta cognitivo y doctor en Psicología, explica a EFEsalud que con su nuevo ensayo, “Maravillosamente imperfecto, escandalosamente feliz” (Ed. Planeta/Zenith),   pretende alcanzar la “autoaceptación radical”  y la  “desobediencia emocional”, porque si nos deshacemos de mandatos irracionales, “podemos transformar nuestra vida sin perder nuestra esencia”.

Psicología cognitiva

El psicólogo italiano que actualmente vive en Barcelona ya es conocido por otros títulos como “Desapegarse sin anestesia”, “El derecho a decir no” o “¿Amar o depender?”, en los que planteaba como objetivo común crear estilos de vida saludables a través de la terapia cognitiva.

Este método, “es la punta de lanza de todas las terapias a nivel mundial”, con el que se estudia cómo se procesa la información, cómo se recupera en la memoria o cómo se solucionan los problemas.

Si te sientes identificado con alguna de las siguientes premisas que enumera Riso, probablemente te quites una gran carga de encima sabiendo que aunque seas “imperfecto, puedes ser escandalosamente feliz”.

Primera

Walter Riso. Facilitada por Planeta.

  • Maltratarte porque no eres como “deberías ser” es acabar con tu potencial humano.

En esta primera premisa, el psicólogo pretende que el lector vaya en contra de la cultura del sufrimiento. Para evitar “la autocrítica despiadada” que ha impuesto la sociedad hay que alcanzar un punto medio: “No te autocastigues, no te autoinsultes; trátate bien”.

Segunda

  • No te compares con nadie: la principal referencia eres tú mismo.

Cuando Riso estaba en secundaria su referente era John Lennon y cuando llegó a la universidad quería ser como el Che Guevara.

Fruto de su experiencia personal y de lo aprendido en su trayectoria profesional ha llegado a la conclusión de que la comparación acaba corrompiendo las identidades. En la niñez y en la adolescencia es un buen método de aprendizaje pero después no.

El mejor ejemplo para resumir esta premisa se puede concentrar en una cita que Riso toma prestada de una carta que Isaac Newton dirigió a Robert Hooke; “Si he visto más lejos, es porque estoy sentado sobre los hombros de gigantes”.

Tercera

  • Las personas normales dudan y se contradicen: Las “creencias inamovibles” son un invento de las mentes rígidas.

Walter Riso señala que todos tenemos derecho a dudar y a cambiar de opinión. Además, hace referencia a la duda que te hace avanzar (la curiosidad) y a la duda que te frena (el miedo a equivocarte).

Cuarta

  • Deshinibirse es salud: No hagas de la represión emocional una forma de vida.

“El autocontrol excesivo es muy malo”. Según el autor, suele desembocar en una enfermedad denominada “alexitimia” que te impide leer y decodificar las emociones.

Normalmente suelen padecerla las personas tímidas e introvertidas que tienen miedo a salirse de las normas sociales. Para solucionar esto, Riso suele recomendar una serie de ejercicios contra la vergüenza.

Quinta

  • La realización personal no está en ser el “mejor” sino en disfrutar plenamente lo que haces.

No hay que “ser el mejor”, sino que hay que “ser mejor para poder avanzar”, matiza el docente. Él propone una pasión armoniosa que no desequilibre y para conseguirla hay que partir de lo que tenemos y sacar los aspectos positivos.

El árbol de "la imperfección"

Sexta

  • Reconoce tus cualidades sin vergüenza: menospreciarte no es virtud.

Según Riso, la influencia de las religiones como, por ejemplo, la judeocristiana han convertido al orgullo en un pecado capital porque “no nos enseñan a premiarnos o a darnos gustos”. Desde su punto de vista, “un poquito de ego no le hace mal a nadie”. El orgullo tiene una modalidad positiva también.

Con esta premisa Riso no se refiere a que vayamos pregonando nuestras buenas cualidades a todo el mundo sino que cuando estemos a solas delante de un espejo podemos decirnos… “¡Qué bien lo hice!”.

Séptima

  • La culpa es una cadena que te ata al pasado: ¡córtala!

Cuando cometemos algún error o lastimamos a alguien de forma no intencionada solemos autocastigarnos echándonos la culpa. El psicólogo subraya que, de esta manera, acabamos encasillándonos en las categorías de “malos, miserables e incluso despreciables”, algo que acaba desembocando en la depresión.

Portada del libro "Maravillosamente imperfecto, escandalosamente feliz", de Walter Riso.

Octava

  • No te obsesiones por el futuro: ocúpate de él, pero no dejes que te arrastre.

El “chip” que tiene la sociedad en la actualidad está “en esa necesidad de tenerlo todo controlado”. Esta situación acaba creando máquinas de estrés y de ansiedad.

Para combatir este miedo al futuro, Riso propone la adopción de una actitud realista: “Ver las cosas como son y evitar el control y la competitividad”.

A modo anecdótico, el psicólogo explica que “el término incertidumbre le causa risa a los budistas mientras que nosotros nos crea úlceras”. Es normal porque no estamos educados para manejar o evitar la incertidumbre.

Novena

  • Someterte al “qué dirán” es una forma de esclavitud socialmente aceptada.

“Hagas lo que hagas, al 50% de las personas no les vas a gustar”, sentencia Riso. Hay que aprender a defenderse de las críticas porque sino… “pueden destruirte en tan sólo un segundo”.

La sociedad ha creado la necesidad continua de que los demás nos aprueben y esa dependencia hace que las personas pierdan su autenticidad.

Esa “corrupción psicológica” se soluciona acercándote a aquellos que te quieren y alejándote de las personas tóxicas.

Décima

  • Permítete estar triste de vez en cuando: la euforia perpetua no existe.

Hay que cambiar el concepto de felicidad que hay actualmente y empezar a ser más realistas. Riso prefiere hablar de alegría porque la felicidad supone una “evaluación subjetiva de que toda tu vida está bien durante todo el tiempo”.

La euforia no es perpetua ni completa y está claro que en nuestra vida tendremos momentos alegres y tristes. Y sobre todo diferenciar que la tristeza no es sinónimo de depresión. EFE

 

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