El general romano Cayo Julio César tuvo en su día que atravesar el río Rubicón para conseguir sus propósitos. De este momento es su famosa frase «Alea jacta est», la suerte esta echada, queriendo significar con ello que quien no se arriesga, no lo consigue. Forma de actuar opuesta a la que el presidente del gobierno en funciones acaba de declarar, al decir, que es mejor estarse quieto, si no se sabe lo que va a ocurrir.
Es de imaginar que con ello Rajoy se refiere a su indefinición ante el desafío secesionista catalán, ante el caso Bolinaga, ante la excarcelación de terroristas; por no decir su aparente falta de control ante la corrupción de su partido, su aparente dejadez ante el aborto,su falta de cumplimiento de promesas electorales, como por ejemplo, aqui en Navarra, con la transitoria cuarta, etc. Una larga lista de «agravios» fruto, por lo visto, de la politica de «estarse quieto».
Pero bueno, es comprensible, no todos somos Julio César, y por ello, esperamos y esperamos diciendo «ni si ni no, sino más bien, todo lo contrario»