
Su reinado se caracterizó por finalizar la Reconquista en 1492 con la Toma de Granada
El descubrimiento de América gracias al viaje propuesto por Cristóbal Colón o la expulsión de los judíos fueron otros hitos que caracterizarón el reinado del monarca.
El Salón del Trono de los Reyes Católicos del Palacio de la Aljafería, sede de las Cortes autonómicas, acoge este sábado, 23 de enero, un acto institucional y académico para conmemorar el quinto centenario del fallecimiento de Fernando II de Aragón, el Católico, rey de Aragón, de Castilla, de Sicilia y Nápoles (1452 – 1516).
Hijo de Juan II el Grande y de su segunda esposa Juana Enríquez, nació por deseo de su madre en territorio aragonés, ya que se encontraba en Navarra el 26 de octubre de 1459 (en las disputas de sucesión entre su hijastro Carlos de Viana y su esposo Juan II) y se desplazó hasta el caserón de la familia Sada, en la villa de Sos, junto a la frontera.
Fernando II de Aragón fue Rey de la Corona de Aragón (1479-1516) y también de Castilla (1475-1504) junto a Isabel y juntos eran conocidos como los Reyes Católicos. Su reinado se caracterizó por finalizar la Reconquista en 1492 con la Toma de Granada, que hizo que los reinos musulmanes desaparecieran en la Península Ibérica.
El descubrimiento de América gracias al viaje propuesto por Cristóbal Colón, la expulsión de los judíos si no se convertían al Cristianismo o la creación de la Santa Inquisición -que se extendió a la Corona de Aragón y a América- fueron algunos de los hechos que marcaron el reinado de ambos.
“Se le cayó la quijada (…) más a la verdad su enfermedad era hidropesía con mal de corazón, aunque algunos quisieron decir que habían sido hierbas porque se le cayó la quijada”. Con estas palabras narró el cronista Lorenzo Galíndez de Carvajal los últimos momentos de Fernando el Católico. Alojado en una modesta propiedad de la orden de Calatrava en Madrigalejo llamada casa de Santa María, el monarca que forjó la unidad de España se encontraba postrado en cama. Acababa de sufrir un ictus –la caída de quijada de la que hablaba el cronista- y tenía una insuficiencia cardíaca además de dolorosos accesos de gota. Tras pedir confesión, el Rey se sentía morir, llamó a los relatores y escribanos y al tesorero real y se aprestó a modificar su testamento.
Su intención, que quedó sellada con un “Yo, el Rey” bajo su rúbrica, era clara: perpetuar la unidad de España. Una unidad que se había reconstruido tras ocho siglos de reconquista y que recuperaba lo que la monarquía cristiana visigoda había logrado territorial, legal y administrativamente.
El mismo modelo había sido el empleado por los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, cuando completan la unificación territorial. Primero con su matrimonio, que une los reinos históricos de Castilla y Aragón, luego con la culminación de la reconquista el dos de enero de 1492, con la toma de Granada. También siembran la semilla de la unidad ibérica con el matrimonio entre sus hijas –primero Isabel y a su muerte María- con Manuel I de Portugal. Solo quedaba Navarra que consiguió unir a la corona Fernando, aunque Isabel, había muerto diez años antes y no pudo ver culminado el proyecto que ambos plasmaron en 1475 en la Concordia de Segovia.
Navarra
La denominada Guerra Civil de Navarra fue un conflicto de sucesión que se inició en 1451, diez años después de la muerte de la reina Blanca I de Navarra, tras usurpar la corona su segundo marido Juan II de Aragón, rey jure uxoris (por matrimonio), que se enfrentó a su hijo Carlos de Viana por el dominio sobre el reino.
Como hijo de Juan II intervino de forma activa en la Guerra Civil de Navarra, con la introducción de tropas castellanas en el interior del Reino de Navarra, hasta que en 1512 y en apoyo del bando beamontés realizó de forma abierta la definitiva incorporación de Navarra con tropas vascas y castellanas, al mando del II Duque de Alba de Tormes, Fadrique Álvarez de Toledo y Enríquez. Para controlar el reino y dentro de las medidas diplomáticas, se reunieron las Cortes de Navarra el 23 de marzo de 1513, en una asamblea a la que solo acudieron beamonteses, para que le dieran su apoyo, que consiguió, tras prometer respetar todos los derechos del Reino. Tras ello, los procuradores le juraron obediencia como «Católico rey don Fernando, rey de Navarra nuestro señor de aquí en adelante…»
Unidad de España
Fernando aseguró las posesiones españolas, porque gracias a él y a Isabel se podía volver a hablar de una política internacional común para España en el Mediterráneo, en las campañas italianas y en la expansión imperial en América, donde Castilla llevó la iniciativa, mientras Aragón le guardaba las espaldas en la Península.
El proyecto común estaba afianzado, pero había que darle continuidad. Por eso Fernando, en su lecho de muerte, decidió cambiar su testamento. Cuando su hija Juana ya había heredado la corona de Castilla, que había gobernado Felipe el Hermoso hasta 1506, saltó una generación y nombró heredero de todas sus posesiones, que quedaban unificadas a su nieto Carlos de Habsburgo.
Pero su obra, llevada al alimón de su primera esposa Isabel –Tanto monta- no se quedó en la mera unificación territorial. La unificación religiosa, como paso previo a la jurídica, la unificación lingüística en la administración, la unificación militar,… el proyecto común que hemos heredado y que justifica su continuidad estaba arrancando.
Curiosidades
Fernando el Católico es una de las figuras más importantes de la historia de España y probablemente una de las más interesantes. He aquí algunas de las curiosidades de este rey:
1) Fernando e Isabel no consiguieron en un principio la bula papal que les permitiría casarse ya que eran primos. Por esta razón, se presentó una bula firmada por Pío II que permitía a Fernando contraer matrimonio con una princesa aunque le unieran con ella lazos de hasta tercer grado de consanguinidad. Además el obispo de Segovia falsificó una bula papal que parecía estar firmada por el Papa Calixto III y que ‘permitía’ en enlace. Fue en 1471 cuando Sixto IV emitió la Bula que establecía como legítima la unión entre ambos.
2) Los Reyes Católicos se casaron de forma clandestina en el Palacio de los Vivero en Valladolid ya que no contaban con el apoyo del entonces rey Enrique IV (que era hermano paterno de Isabel). Fernando entró a Castilla y llegó hasta Valladolid en secreto, donde le esperaba Isabel.
3) Fue Alejandro VI quien concedió a los Reyes el título de ‘católicos‘ en una bula de 1496 . Esta bula fue propiciada especialmente por la expulsión de los judíos y la reconquista de Granada.
4) La frase ‘tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando‘ no era utilizada en la época y se trata de una creación posterior que se usa para expresar que una cosa está al mismo nivel que otra. Fernando sí creo el lema ‘tanto monta’ basándose en una anécdota de Alejandro Magno y la frase quedó plasmada en el escudo de los Reyes Católicos.
5) Fernando participó activamente en muchas de las batallas que tuvieron lugar durante el reinado de los Reyes Católicos, como la Batalla de Toro (1476) o la Toma de Málaga (1487).
6) Fernando decidió en 1509 recluir a su hija Juana ‘La Loca’ en Tordesillas (Valladolid) debido a su presunta incapacidad mental. Allí permaneció durante 46 años hasta que murió con 75 años.
7) Isabel dejó escrito en su testamento que Fernando gobernase en Castilla tras su muerte, ya que no veía capaz a su hija Juana ‘La Loca’ de desempeñar ese papel y además desconfiaba del marido de esta, Felipe ‘el Hermoso’.
8) Fernando tuvo cinco hijos con Isabel pero también se le atribuye más descendencia con otras mujeres. Aldonza de Ivorra, a la que conoció antes que a Isabel, fue su amante y tuvo con ella dos hijos. Fernando, una vez viudo, se casó con Germana de Foix como resultado de un acuerdo con Francia. Con ésta tuvo un hijo. También tuvo hijos con Toda de Larrea, noble vizcaína, y con una noble portuguesa.
9) Posiblemente la causa de la muerte de Fernando se debió a la ingesta de cantárida (o mosca española), un afrodisíaco que tomó con 55 años para poder tener relaciones con su mujer Germana de Foix, que tenía 18.
10) Fernando el Católico falleció en 1516 en la localidad extremeña de Madrigalejo y su cadáver fue llevado junto al de su mujer Isabel a la Capilla Real de Granada el 10 de noviembre de 1521. Allí siguen enterrados desde esa fecha junto a Juana ‘La Loca’ y Felipe ‘el Hermoso’.
Aragón ensalza la universalidad de Fernando el Católico
Tal día como hoy… Se rinde Boabdil y se entrega el reino de Granada a los Reyes Católicos.