
En la cuarta jornada de la semana de la moda de Paris, Dior, Loewe y Issey Miyake mostraron sus colecciones otoño/invierno en las pasarelas de «Paris Fashion Week», muy años 80
La cuarta jornada de la semana de la moda de Paris, estuvo marcada por las colecciones de otoño/invierno de Dior, Loewe y Issey Miyake.
La mujer animal de Dior
Dior hizo desfilar a una mujer salvaje y sexy con botas altas mientras que Loewe evocó los años 1980 e Issey Miyake presentó un caleidoscopio de colores, en la cuarta jornada de la semana de la moda de París.El legado de Christian Dior, apostó por una colección más salvaje esta temporada, mostró en las pasarelas de Paris conjuntos de mallas, botas altas de vinilo, inspirada en los años 50 y 70, además de la ciencia ficción.
«Quería una colección que hablara de naturaleza y de feminidad de manera distinta. Lejos del jardín y las flores, hacia algo más liberado y oscuro, más sexual» comento el creador belga que interpreta la marca.
Loewe en transformación
El joven diseñador irlandés Jonathan Anderson sigue rejuveneciendo la identidad de la marca española de marroquinería y prêt-à-porter. Apostó por realizar una colección que se inspira en los años 80′, antojos de sol y camperas con mangas voluminosas. Vestidos con forma de túnica, faldas plisadas y metalizadas, y los accesorios es lo que apuesta Loewe en esta colección.
Caleidcopio de Issey Miyake
La marca japonesa Issey Miyake definió su nueva colección como » un sin fín de colores reflejados en la geometría de los prismas, como un caleidoscopio gigante».
Con una puesta en escena bajo la música y poética de Ei Wada para oocho guitarras eléctricas y acompañada de la voz de la cantante Chiyako, las modelos entraron a la pasarela con faldas,chales y ponchos; tapados y amplias túnicas, con líneas onduladas y vestidos fabricados con nuevas tecnologías. predominaban los colres más bien frios y otoñales.
La marca se mantuvo fiel a su arte del plisado y motivos geométricos, en rojo y azul.
El desfile concluyó con un hermoso final en el que una quincena de modelos girando sobre sí mismas se desprenden del cinto, que se abre como una flor para convertirse en falda.